MENSAJEROS DE CRISTO
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S. S. BARTOLOMEO PATRIARCA ECUMENICO Y
EL ARZOBISPO ATHENAGORAS
MENSAJEROS DE CRISTO
Por
el Archimandrita TIMOTHEO
Arzobispado
Griego Ortodoxo de México y Centro América
Al asumir mi responsabilidad,
después de haber vivido estos años de camino constante e interminable en lo
espiritual y litúrgico, desde mi pobreza quiero
compartir en el amor de Cristo Sumo y Eterno Sacerdote a todos los miembros del
colegio Presbiteral y Diaconal de nuestra Santa Metrópoli algunos lineamientos
pastorales, con el único fin de exhortar a cada uno y especialmente a mi mismo
a que vivamos nuestro compromiso ministerial como verdaderos Padres Espirituales
del rebaño que nos ha sido encomendado.
Lo hago desde mi pobreza, no
olvidando la misericordia de Dios hacia mi desde los días aquellos de mi
infancia en que solía correr por las calles destapadas de mi barrio, de los días
de mi juventud en que me escape de casa buscando libertad, la cual no conseguí
ni consolide, pues la verdadera libertad trasciende estos aspectos puramente
temporales y materiales. Pobreza que me hizo iniciar un camino de búsqueda de
una respuesta a la existencia de vida, llegando hasta aquí, al Ministerio
dentro de la Santa Iglesia Ortodoxa. No soy
el mas perfecto de los sacerdotes, no me considero el vivo ejemplo del
Ministerio, al contrario considero que soy quien mas camino debe recorrer para
llegar a la deificación. Las luchas de aquellos años, mi trabajo con los jóvenes
y el haber sido en determinado momento de mi vida un niño de la calle y un
vagabundo en búsqueda de realizar sus anhelos y sueños, dieron a mi alma un
sabor agridulce de lo que es avanzar en medio de tanta penalidad y miseria como
la que vivimos cuando llegamos por primera vez mi familia y yo desde el campo a
la ciudad. Noches de frió y dolor, la lucha por sobrevivir cuando se te cierran
las puertas y cuando tus padres con sangre y sudor buscan el pan cotidiano de
sus hijos y se esfuerzan por dar lo mejor a su prole.
Ser acrisolado allí con las
ganas de vivir y no ser del montón, hacen que el alma de un soñador escriba
versos de esperanza. No tengo amados mas gloria que la de Cristo y este
Crucificado en una humilde Cruz, pero siempre dispuesto a sonreír en la gloria
de la Resurrección. No es esta una
exposición elocuente, mas sí un mensaje de amor para quienes como yo son y
seguirán siendo incansables poetas del Señor. Del ayer me queda el camino ávido
de errores, pero bendito camino que me trajo aquí a los pies de Señor y
Salvador, avergonzado por mi pecado y glorificándolo por su misericordia que
trasciende mi indignidad.
No me dirijo a Ustedes carísimos,
superiores a mi en el Ministerio, Presbíteros en la peregrinación hacia
Cristo, como maestro sino como hermano, ya que ustedes fueron primero, aunque la
verdad es que Él, mi Señor, fue primero que cualquiera de nosotros y es Él el
Verdadero y Auténtico Sacerdote, Sumo Sacerdote, pues es Él quien se ofrece y
es ofrecido, quien es ofrendado y se ofrenda haciendo la Voluntad del Padre, la
cual estaba predestinada desde el comienzo de los tiempos para el Genero humano
y por la cual Cristo se encarno para alcanzarnos
la perfección, es decir la Deificación.
Dios quiso que saliera del
campo porque me amaba, quiso que de las noches frías de aquellas calles en que
viví cuando me fui de casa, recibiera el premio de su amor y misericordia, me
tomo entre los jóvenes y me guió por sendas que aun yo no comprendo y quizá
no comprenda. Al final hermanos, escribo esto porque sé que si algo bueno
existe en mí se lo debo a Dios y no a mis propias fuerzas, pues que es la rama
si no esta unida al árbol.
En una de esas noches en que
dormí en un parque recuerdo que le pedí a Dios que me ayudase e iluminase y me
indicara un camino mejor, hoy le he descubierto, temo sí no haberlo recorrido
de la mejor manera, ya que angosto es el camino del Señor y lleno de espinas,
privaciones y pruebas.
Permitidme entonces, dirigirme
a ustedes, con la sencillez de un niño que solo quiere compartir el amor de su
padre con sus hermanos, mas el amor del que os hablaré,
es del amor de Dios, un amor trascendente pero exigente en sus raíces y
desde sus raíces.
Cuando nos ordenamos Ministros
de nuestra Santa Iglesia, asumimos el compromiso de tomar nuestra propia cruz y
seguir al Señor, esto en verdad es justo ya que El se Encarnó, Predicó, Murió
y Resucitó por nosotros para que lo imperfecto alcance la perfección y lo
imposible llegue a ser posible. Sí, desde antes que los hombres pensáramos en
Dios, es Dios mismo el que sale al encuentro del hombre, a la búsqueda
de la redención del genero humano y así abrirnos paso a la deificación. Es
Dios quien se manifiesta benevolente con el hombre, con su pueblo a pesar de que
el hombre al caer se aleja de Dios inicia su camino de regreso a la nada de la
cual fue formado, pues todo hombre que no esta en comunión con Dios, esta
muerto.
Cuando se corta una rama de un
árbol, ella no deja de existir, pero la perdida de la savia que para el caso
presente es la Gracia de la comunión permanente con nuestro Creador y Redentor,
lleva a que el hombre se seque y sea inerte e infértil.
Lo que se debe resaltar aquí
amados hermanos en el Sacerdocio es que antes que nosotros cargáramos nuestra
propia cruz, Dios ya había asumido
el peso de nuestro error, por ello se dice que el Justo murió por los injustos.
QUERIDOS MIOS, AMÉMONOS LOS
UNOS A LOS OTROS, PORQUE EL AMOR VIENE DE DIOS. TODO EL QUE AMA HA NACIDO DE
DIOS Y CONOCE A DIOS. EL QUE NO AMA NO HA CONOCIDO A DIOS, PUES DIOS ES AMOR.
ENVIO DIOS A SU HIJO UNIGENITO A ESTE MUNDO PARA DARNOS VIDA POR MEDIO DE ÉL.
ASI DE MANIFESTO EL AMOR DE DIOS ENTRE NOSOTROS. NO SOMOS NOSTROS LOS QUE
HEMOS AMADO A DIOS SINO QUE EL NOS AMO PRIMERO Y ENVIO A SU HIJO COMO VICTIMA
POR NUESTROS PECADOS: EN ESTO ESTA EL AMOR. (Jun. 4, 7-10)
Es este amor el que hace que
el Hijo se encarne, que la Trinidad se manifieste y al encarnarse el Hijo, quien
es verdaderamente Dios y verdaderamente Hombre, es Dios que por iniciativa y
caridad propia asume la tarea redentora de los hombre, trayendo el camino de la
deificación al ser humano, quien mediante la lucha constante y permanente, la
práctica cotidiana del evangelio, mediante
la oración, mediante el ejercicio de los Sacramentos y Misterios Divinos, llega
a ser cada día mas perfecto, así como Su Padre es Perfecto, es decir a ser no
solo imagen sino verdadera semejanza
Divina.
Dios a su vez, quiere que el
hombre mismo asuma la misión de la evangelización que es el instrumento que
nos conduce a la deificación. Esa vocación especifica de la evangelización
lleva a que el Señor elija dentro de el genero humano a determinadas personas
para el Ministerio Litúrgico de la Iglesia.
Por ello el Salmista exclama,
que es el hombre para que te acuerdes de él, para que lo hayas revestido de
honor y dignidad. El tan sentido, debo señalar mis muy amados hermanos, que el
caso especifico de los Sacerdotes, de quienes sirven y ministran la Iglesia, el
honor es mayor, pero aun mas es nuestra responsabilidad. Quien diferente a los
presbíteros, tiene el poder de llegar hasta el altar y santificar con la fuerza
de el Santo Espíritu, los dones que finalmente son el Cuerpo y la Sangre del Señor
mediante la Epíclipsis.
Claro está que el Ministerio
de un Presbítero debe estar validado por la unión y comunión con la Iglesia y
específicamente Con su Obispo, pero esto lo evaluaremos mas adelante.
Los Reyes de la tierra, poder tienen para gobernar, pero no
para servir en el altar donde Cristo mismo es quien se ofrece y es ofrecido.
Esto no debe ser para
vanagloria nuestra, ya que no nos
ha sacado del mundo, sino que nos ha colocado en el mundo para que en él
sirvamos a quienes caminan los senderos del Evangelio en busca de la deificación.
No es gratis que se nos ha
conferido el Ministerio, pues al que mas se le dio mas se le exige, somos
portadores de tesoros que sobrepasan de manera trascendental los valores
terrenales, nosotros tenemos el deber de administrar bienes celestiales, los
cuales en la mayoría de los casos no alcanzamos a comprender en su total
dimensión.
Entendamos entonces hermanos
este servicio Divino como una vocación de servicio y no de ostentación, como
vocación y servicio y no como profesion. Acerquémonos
por lo tanto al altar de Dios con temor y amor a Dios. Cada ministro es apóstol, un enviado, y
ello en comunión plena con Cristo nuestro Sumo Sacerdote y con los Obispos que
son imagen de Cristo dentro de la Iglesia. Quisiera que entendieran esto en el sentido de que si no asumimos
responsablemente la tarea encomendada, podemos confrontar un juicio diferente
por el ministerio que ejercemos y la misión que desempeñamos.
No existe justificación
alguna para nosotros, somos portadores del Ministerio y como tal no debemos
lavarnos las manos como Pilatos, entregando a la muerte y esta eterna al que nos
ha sido encomendado.
Es claro que a nosotros se
nos preguntará por cada una de las ovejas que nos fueron encomendadas y por
cada persona que hace parte del rebaño que no es nuestro sino de Cristo y de el
cual nosotros somos servidores y no funcionarios públicos poseedores de
privilegios diferentes a los que como tal son inherentes al sacerdocio. No
existe distinción en ello, no hay amigo ni enemigo, para el sacerdote
todos son sus hijos, hijos por los que debe velar y luchar, a los que debe
cuidar y proteger de las garras voraces del enemigo, no hay pobre ni rico,
solo hijos en una diversidad y pluralidad de carácter y personalidad, pero al
final hijos.
La pregunta lógica aquí es
donde están los que nos fueron encomendados?
No existe disculpa alguna que
nos justifique, son hijos y eso es lo importante, si nos caen bien o mal es
nuestro problema y no el de ellos, es nuestra responsabilidad, todos son hijos
espirituales. Un padre no da a sus hijos lo peor, por el contrario procura que
su hijo supere sus hazañas y que sea mejor.
Nos atrevemos a decir: Pero es
que no escucharon y se marcharon malgastando el tesoro de la fe, mas, no está
feliz el Padre cuando el Hijo Prodigo regresa a casa?
No seria bueno que si ellos no
vienen a nosotros, nosotros
salgamos en su búsqueda? No hizo esto Dios con el hombre cuando este se alejo
por caminos oscuros?
La misión en la vida
ministerial es un permanente sacrificio y entrega, no existe para el sacerdote
el mañana, esta dispuesto a combatir en todo tiempo, está despierto a todo
tiempo y toda hora a fin de no dar una sola oportunidad al rapaz que asecha
igualmente día y noche buscando hacer mal a las ovejas.
ACUERDATE DE CRISTO JESÚS,
HIJO DE DAVID, Y RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS, SEGÚN LA BUENA NUEVA QUE
PROCLAMO. POR EL SUFRO HASTA CARGAR CADENAS COMO UN MELECHOR. PERO LA PALABRA DE
DIOS NO ESTA ENCADENADA. POR ESO SUFRO TODO POR EL BIEN DE LOS ELEGIDOS, PARA
QUE ELLOS TAMBIEN ALCANCEN LA
SALVACIÓN QUE SE NOS DIO EN CRISTO JESÚS, Y PARTICIPEN DE LA GLORIA ETERNA.
ESTAS PALABRAS DE ESPERANZA SON MUY ACERTADAS: SI HEMOS MUERTO CON ÉL, CON ÉL
TEMBIEN VIVIREMOS. SI SUFRIMOS PACIENTEMENTE CON ÉL, TAMBIEN REINAREMOS CON ÉL.
SI LO NEGAMOS , EÉL TAMBIEN NOS NEGARA. SI SOMOS INFIELES, ÉL PERMENECE FIEL,
PORQUE NO PUEDE DESMENTIRSE A SÍ MISMO. (2, Tim. 2, 8-13).
Recordemos la pregunta de Dios
a Caín: DONDE ESTA TU HERMANO?
Así será la pregunta que nos
hará el Señor en aquella hora: Donde está quien te encomendé?
Esta responsabilidad, nace no
de una obligación, sino es una vocación verdadera, que hace que por amor a
Dios a quien servimos y a sus hijos, seamos diligentes en ser fieles al
apostolado que asumimos.
MAS TU OH HOMBRE DE DIOS ,
HUYE DE ESTAS COSAS Y SIGUE LA JUSTICIA, LA PIEDAD, LA FE, EL AMOR, LA PACIENCIA
Y LA MANSEDUMBRE. PELEA LA BUENA BATALLA DE LA FE, HECHA MANO DE LA VIDA ETERNA,
A LA CUAL ASI MISMO FUISTE LLAMADO, HABIENDO HECHO LA BUENA PROFESIÓN DELANTE
DE MUCHOS TESTIGOS. (Tim. 6, 11-12)
Nadie nos obligó a que asumiéramos
este ministerio en la Iglesia, fue una respuesta libre, una
determinación espontánea, por ello hemos de analizar las razones que
nos han traído aquí. Dios sencillamente llama a unos hombres que como nosotros
somos pecadores, débiles y que la única fortaleza que poseemos es esa Gracia
Divina que nos alimenta y fortifica en nuestro caminar. Pero que ninguno de
nosotros se crea superior a su hermano por ser sacerdote, sencillamente servidor
y esto baste para saber cual es el lugar que nos corresponde. Dios nos llamó,
pero el hecho de ser sacerdotes no nos libra del peligro de ser como Judas
Iscariote, que a pesar de ser Apóstol del Señor, lo negó y lo vendió.
ENTONCES JESÚS LLAMÁNDOLOS
LES DIJO: SABEIS QUE LOS GOBERNANTES DE LAS NACIONES SE SEÑOREAN DE ELLAS, Y
LOS QUE SON GRANDES EJERCEN SOBRE ELLAS POTESTAD. MAS ENTRE VOSOTROS NO SERA
ASI, SINO QUE EL QUIERA SER GRANDE ENTRE VOSOTROS SERA EL SERVIDOR. Y EL QUE
QUIERA SER PRIMERO ENTRE VOSOTROS SERA VUESTRO SIERVO;
COMO EL HIJO DEL HOMBRE NO VINO PARA SER SERVIDO, SINO PARA SERVIR, Y
PARA DAR SU VIDA EN RESCATE POR MUCHOS.(Mat. 20, 25-28)
Con la misma libertad que la
Virgen Santísima responde al llamado de Dios, así nosotros hermanos, llamados
libremente podemos decir con ella:
YO SOY LA ESCLAVA (O) DEL SEÑOR
QUE SE HAGA EN MI SEGÚN TU PALABRA.
Es este un ejemplo
verdaderamente grande, cuando el hombre, asume con sencillez lo que en virtud a
la Misericordia Divina le ha sido concedido, no para vanagloria propia, no para
ser servido, no para arrogancia y vanidad, sino porque es tanto el amor de Dios
que a pesar y muy a pesar de nuestra debilidad y flaqueza Él nos ha constituido
en maestros y guías de su pueblo no por nuestra virtud sino por la Gracia
Divina que procede de Cristo y este Crucificado y Resucitado por y para nuestra
deificación y salvación.
No dice la Santa Escritura que
los despreciable para el mundo Dios lo escogió para grandeza? Entonces que
diremos hermanos, que somos nosotros y no Dios el que nos ha traído al
Ministerio?
Amados, no esta escrito en La
Divina Liturgia de Nuestro Santo Padre y Gran Maestro San Juan Crisóstomo, en
la oración que elevamos durante el querúbico las siguientes expresiones?
NINGUNO DE LOS QUE SE HALLAN
ATADOS POR LOS DESEOS Y PLACERES CARNALES ES DIGNO DE LLEGAR O ACERCARSE A TI, NI DE SERVIRTE,
REY DE LA GLORIA; PUES EL SERVIRTE ES
INMENSAMENTE GRANDE Y TERRIBLE AUN PARA LAS POTESTADES CELESTIALES. NO OBSTANTE
POR TU INDECIBLE E INFINITO AMOR A LA HUMANIDAD , TE HICITE HOMBRE SIN CAMBIO NI
ALTERACIÓN, Y TE EREGISTE SUMO SACERDOTE NUESTRO, CONCEDIÉNDONOS A NOSOTROS EL
MINISTERIO DE ESTE LITÚRGICO E INCRUENTO SACRIFICIO, COMO SOBERANO DE TODO;
PUESTO QUE TU SEÑOR DIOS NUESTRO, EJERCES EL DOMINIO SOBRE TODAS LAS COSAS
CELESTIALES Y TERRANALES........................................... A
TI PUES DIRIJO MI SUPLICA, UNICO, BUENO Y PRONTO PARA ESCUCHAR. MIRA HACIA MI ,
TU PECADOR E INÚTIL SERVIDOR, LIMPIA MI ALMA Y MI CORAZON DE CONCIENCIA DE
MALIGNIDAD, Y HASME CAPAZ , POR EL PODER DE TU SANTO ESPIRITU , YA QUE ME HALLO
INVESTIDO DE LA GRACIA DEL SACERDOCIO, PARA ESTAR ANTE ESTA TU SANTA MESA Y
MINISTRAR TU SANTO Y PURISIMO CUERPO Y TU PRECIOSÍSIMA SANGRE; PUES ANTE TI
ACUDO, E INCLINANDO LA CERVIZ TE SUPLICO. NO APARTES DE MI TU ROSTRO, NI ME
RECHACES DE ENTRE TUS HIJOS, SINO DIGNATE ACEPTAR DE MI TU SERVIDOR, PECADOR E
INDIGNO , ESTOS DONES..........
Como lo podemos ver, no somos
dignos, de aquí entonces que debemos preguntarnos de que nos vanagloriamos, a
caso tú o yo podremos salvar a alguien? No hermanos, es Cristo quien Salva y
nosotros somos simplemente administradores de esta Salvación.
No es verdad que a pesar de
nuestro Ministerio sujetos estamos a las pasiones que todos los hombres y que la
gran virtud es luchar contra ellas en una batalla de nunca acabar y que si
vencemos el pecado no es porque lo hagamos con nuestras fuerzas, sino porque
Dios nos reviste de su Fuerza y Poder para que seamos cada vez mas perfectos.
No es vardad igualmente que el
sacerdote eleva oraciones primero por el perdón de sus pecados para que
justificado en el sacrificio de Cristo sea digno de ministrar y guiar, para que
sea Cristo y no sus propios deseos y pasiones las que aparezcan. No dice el Apóstol
Pablo: ES NECESARIO QUE YO DESAPAREZCA PARA QUE SEA CRISTO QUIEN APREZCA, ES
DECIR SE MANIFIESTE EN MI A SU PUEBLO.
No decimos en diferentes
momentos de la Divina Liturgia: DIOS TEN
PIEDAD DE MI PECADOR Y SALVAME?
No pedimos perdón a nuestros
hermanos antes de la gran entrada cuando decimos: HERMANOS
PERDONADME A MI EL MUY PECADOR?
No hay salvación en mi, por
ello no me predico a mi mismo sino a CRISTO, ÉL ES EL CAMINO LA
VERDAD Y LA VIDA, El es quien me salva y salva a su pueblo. Soy solo
portador de la medicina, pero no soy yo la medicina.
CUIDADO POR EL REBAÑO
Veamos y examinemos lo que
sucedía en el pueblo de Israel, esto es un ejemplo grande de lo que puede
suceder cuando el sacerdote se preocupa mas por sí mismo que por su rebaño.
¡AY DE LOS PASTORES QUE
DESTRUYEN Y DISPERSAN LAS OVEJAS DE MI REBAÑO! DICE EL SEÑOR. POR TANTO DICE
EL SEÑOR YAHVE DIOS DE ISRAEL A LOS PASTORES QUE APACIENTAN MI PUEBLO: VOSOTROS
DISPERSASTEIS MIS OVEJAS, Y LAS ESPANTASTÉIS, Y NO LAS HABÉIS CUIDADO. HE AQUÍ
QUE YO CASTIGO LA MALDAD DE VUESTRAS OBRAS, DICE EL SEÑOR. (Jer. 23, 1-2)
Estos versículos contienen
una gran enseñanza para quienes somos pastores, Sacerdotes y Ministros del Altísimo.
Hay de los pastores que
destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño. Cuantos de nosotros a esta hora
no sabemos donde están los fieles que un día llegaron a nuestra parroquia
buscando apoyo espiritual y orientación para sus vidas. Cuántos de nuestros
fieles han abandonado la vida parroquial y el rebaño sin que nos haya
interesado lo que pueda suceder con ellos, con estas ovejas del Señor. Mas
diremos es que son ovejas descarriadas. Si, es cierto, pero no fue a las ovejas
descarriadas a las que vino a buscar Cristo?
Indiscutiblemente que esta
falta de compromiso y responsabilidad es una ofensa
ante los ojos de Dios. Si Él se ha preocupado por ti y por mí, no es
justo que nosotros mas aun cuando somos sacerdotes nos preocupemos por los que
integran nuestra comunidad.
No estamos manejando bienes
terrenales, lo repito y digo esto pensando en mi Ministerio, son hombres, seres
humanos hechos a imagen y semejanza de el mismo Creador, hombres bautizados y
ungidos con el Don del Espíritu Santo.
HAGAMOS AL HOMBRE A NUESTRA
IMAGEN Y SEMEJANZA
Vamos Caín, donde esta tu
hermano?
Vosotros habéis espantado a
mis ovejas. Si es cierto, un mal testimonio de nuestra parte, la falta de amor y
caridad, de bondad y benevolencia, de sencillez y prudencia hacen que los fieles
se escandalicen y se marchen.
SI ALGUIEN HACE TROPEZAR Y
CAER A UNO DE ESTOS PEQUEÑOS QUE CREEN EM MÍ, MEJOR LE SERIA QUE LE AMARRARAN
AL CUELLO UNA GRAN PIEDRA DE MOLER
Y QUE HUNDIRAN EN LO MAS PROFUNDO DEL MAR. ¡AY DEL MUNDO QUE ES CAUSA DE TANTAS
CAIDAS! ES NECESARIO QUE SE PRESENTEN ESTOS ESCANDALOS, PERO, ¡AY DEL QUE HACE
CAER A LOS DEMAS! (Mat. 18, 6-7)
NO REQUERIMOS DE GRANDES
DISCUSIONES FILOSOFICAS Y TEOLOGICAS PARA PROYECTAR EL EVANGELIO PERO SI MUCHO
AMOR Y COMPRENSIÓN, MUCHA DEVOCIÓN FRENTE A LO QUE CADA CRISTIANO, CADA
HERMANO Y CADA SER HUMANO REPRESENTA.
Después de esto, el Señor,
exige de nosotros fidelidad y lealtad, que los mismos cuidados que El nos
ofrece, se lo demos nosotros a los miembros de nuestro rebaño.
El Señor advierte que Él
castigará este tipo de actuar.
Es hora entonces de que seamos
sinceros con nosotros mismos, de que nos preguntemos dónde están las ovejas de
el rebaño, qué hemos hecho con ellas y que hemos hecho de ellas, si hemos
elegido de manera privilegiada o si hemos hecho acepciones y discriminaciones.
Las ovejas que mas requieren
de ayuda y apoyo son aquellas que han partido de el rebaño, las que un día
abandonaron el aprisco, los que se fueron por nuestra indiferencia, por que en
vez de orientar lo que hemos hecho es criticar y juzgar al hermano.
CUANDO VIERON ESTO LOS
FARISEOS DIJERON A LOS DISCÍPULOS: POR QUÉ VUESTRO MAESTRO COME CON LOS
PUBLICANOS Y PECADORES? AL OIR ESTO JESÚS LES RESPONDIO: LOS SANOS NO TIENEN
NECESIDAD DE MEDICO, SINO LOS ENFERMOS. ID PUES Y APRENDED LO QUE SIGNIFICA:
MISERICORDIA QUIERO, Y NO SACRIFICIO. PORQUE NO HE VENIDO A LLAMAR A LOS JUSTOS,
SINO A LOS PECADORES, AL ARREPENTIMIENTO. (Mat. 9, 11-13)
Acaso no es a las ovejas
perdidas del pueblo de Israel que el Señor vino a buscar?
No fue este mensaje abierto a
los gentiles?
De dónde pues nosotros
hacemos discriminación? No es acaso verdad que el Señor no discrimina y está
atento a que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad?
Un enemigo del cristianismo
como era Juliano el Apóstata dice en referencia a la caridad cristiana de los
primeros tiempos de la vida de la Iglesia
confirmando así el valor de la
solidaridad cristiana:
Vemos
que lo que más ha contribuido a desarrollar ese ateísmo (= el cristianismo) es
su humanidad para con los extranjeros, su acogida para con toda clase de
hombres... He aquí algo de lo cual debemos preocuparnos, sin rebozo alguno.
Pues cuando los impíos galileos, además de a sus propios mendigos, alimentan
también a los nuestros, sería vergonzoso que se pusiese en evidencia que
nuestros miserables carecen de aquellos socorros que nosotros les debemos (cf.
Sozomeno, Hist. Ecl. 5, 15)
El profeta Ezequiel, es mas
duro todavía en su profecía:
VINO A MÍ LA PALABRA DE YAHVÉ
DICIENDO: HIJO DEL HOMBRE PROFETIZA CONTRA LOS PASTORES DE ISRAEL; PROFETIZA Y
DI A LOS PASTORES: ASÍ A DICHO YAHVÉ EL SEÑOR, ¡AY DE LOS PASTORES DE
ISRAEL, QUE SE APACIENTAN ASÍ MISMO! ¿NO PACIENTAN LOS PASTORES A LOS REBAÑOS?.
(Ezequiel
34, 1-2)
Nuevamente surge la queja de
Dios frente a quienes les ha encomendado la tarea de cuidar su rebaño, es un
gemido que significa ira y abominación ante los ojos de Dios lo que hacen los
pastores, de la forma en que se comportan.
USTEDES SE HAN TOMADO LA
LECHE, SE HAN VESTIDO CON LANA, HAN SACRIFICADO LAS OVEJAS MAS GORDAS, NO HAN
APACENTANDO EL REBAÑO. NO HAN FORTALECIDO LAS OVEJAS MAS DÉBILES, NO HAN
CURADO A LA ENFERMA, NI CURADO A LA QUE ESTABA HERIDA,
NO HAN TORNADO LA DESCARRIADA NI BUSCADO A LA PERDIDA; SINO QUE LAS HAN
DOMINADO CON VIOLENCIA Y DUREZA. (Ez. 34, 3-4)
San Juan Crisóstomo en una de
sus homilías, igualmente exhorta a los cristianos a comprender la enfermedad de
algunos clérigos que ya se evidenciaba en aquellos años y que hoy mas que
nunca está vigente, ser amigo del dinero y ejercer el ministerio como si fuese
una profesión para obtener bienes materiales y comodidades temporales, es negar
al Señor y actuar en contra de la gracia.
Por culpa vuestra y por vuestra inhumanidad han
venido a parar a la Iglesia campos, casas, alquileres de viviendas, carros,
mulos y muleros y todo un tren de semejantes cosas. Todo este tesoro de la
Iglesia debería de estar en vuestro poder, y vuestra buena voluntad debiera ser
su mejor renta. Mas lo cierto es que ahora se dan dos males el primero, que
vosotros no obtenéis el fruto de la caridad, y el otro, que los sacerdotes de
Dios no entienden en lo que debieran... De ahí que nosotros no podamos abrir la
boca, ya que le Iglesia de Dios no se diferencia en nada de los hombres del
mundo... Nuestros obispos andan más metidos en preocupaciones que los tutores,
los administradores y los tenderos. Su única preocupación debieran ser
vuestras almas y vuestros intereses y ahora se rompen cada día la cabeza por
tos mismos asuntos que los recaudadores, los agentes del fisco, los contadores y
los despenseros...
No sabes hombre que
no se puede servir a dos Señores, a Dios y al mundo, al Señor y al
dinero?
NINGUN SERVIDOR PUEDE SERVIR A
DOS SEÑORES, PORQUE VERA CON MALOS OJOS A UNO Y AMARA AL OTRO, O BIEN PREFERIRA
A UNO Y RECHAZARA AL OTRO. USTEDES NO PUEDEN SERVIR AL MISMO TIEMPO A DIOS Y AL
DINERO (Mat. 6, 24)
PERO GRAN GANANCIA ES LA
PIEDAD ACOMPAÑADA DE CONTENTAMIENTO; PORQUE NADA HEMOS TRAIDO A ESTE MUNDO, Y
SIN DUDA NADA PODREMOS SACAR. ASI QUE TENIENDO SUSTENTO Y ABRIGO ESTEMOS
CONTENTOS CON ESTO. PORQUE LOS QUE QUIEREN ENRIQUECERSE CAEN EN TENTACIÓN Y
LAZO, EN MUCHAS CODICIAS NECIAS Y DAÑOSAS, QUE UNDEN ALOS HOMBRES EN DESTRUCCIÓN
Y PERDICION; PORQUE RAIZ DE TODOS LOS MALES ES EL AMOR AL DINERO, EL CUAL
CODICIANDO ALGUNOS SE ESTRAVIARON DE LA FE, Y FUERON TRASPASADOS DE MUCHOS
DOLORES.
(Tim 6, 6-10)
Esta es otra profunda verdad,
que aunque no nos guste se ajusta a la realidad de hoy, muchos de los Ministros,
de los Pastores, andan mas preocupados por los bienes materiales, por las
apariencias sociales y las comodidades terrenales. Atendemos a quienes poseen
poder y comodidad económica, desplazando a los sencillos y humildes y conformándonos
con servir a quienes como los fariseos calman con una miserable limosna su
conciencia, sin darnos cuenta que es nuestro deber principal buscar la
solidaridad y caridad entre los hermanos.
San Juan Crisóstomo continua
su homilía y se manifiesta así frente a la enfermedad de quienes son filojrimatos,
es decir amigos del dinero:
...
Al venir a vuestra reunión, atravesando plazas y callejuelas, he podido ver a
muchos tendidos en las esquinas, unos mutilados de manos, otros ciegos, otros
hechos una criba de llagas y heridas incurables, mostrando precisamente las
partes que, por estar llenas de podredumbre, más debieron cubrir, Ante este
espectáculo me ha parecido que sería extremo e inhumano no hablaros de ello.
Así pues, ya que carecen de lo necesario más que nunca, y además se les quita
el trabajo, ya que nadie toma a jornal a los miserables ni se los llama para
servicio alguno, no queda sino que las personas misericordiosas les tiendan las
manos y hagan las veces de patronos que los contraten. He ahí nuestro mensaje
de hoy., (PG 51, 261 ss.)
Los
que poseen campos y sacan de la tierra sus riqueza son de lo más inicuo. Viendo
cómo tratan a los míseros y trabajando labradores, se verá que son más
crueles que unos bárbaros. Los que están consumidos de hambre y se pasan la
vida trabajando, todavía les imponen exacciones continuas e insoportables y les
obligan a los esfuerzos más penosos. Sus cuerpos son como de asnos o de mulos
o, por mejor decir, como de piedra.
No
les conceden un momento de respiro. Produzca o no produzca la tierra igualmente
les exigen y no les perdonan por ningún concepto. ¡Miserable espectáculo!
Trabajan todo el invierno y después de consumirse al hielo y a las lluvias y e
las vigilias, se encuentran con las manos vacías y, encima, cargados de deudas.
Amados
hermanos en el presbiterado, acaso nosotros al asumir esta actitud de
discriminación y haciendo estas acepciones, no somos coparticipes de las
injusticias sociales que nos aquejan, pues los que sufren hambre y miseria,
explotación y persecución, además de carecer de lo necesario, les falta la
atención y cuidado de su pastor.
El creer que el ministerio
sacerdotal es para satisfacer necesidades temporales y alcanzar prebendas
terrenales es equivocado y no goza de verdadera vocación. Si, seamos valientes
para reconocer que mientras el Señor vino a los pobres y necesitados,
a los desamparados y humildes, a los mas pobres y débiles, a los
despreciados del mundo, muchos de nosotros hacemos diferencias como las que ya
existen entre el norte y el sur, entre el poniente y el naciente, eso no es una
mentira, sino una realidad. Donde está Caín tu Hermano? Lo dejaste perder por
atender a los que te dan lana? a los que les puedes beber la leche de sus
ganancias, de quienes puedes obtener dinero?
Enseñemos a los ricos con
nuestro ejemplo y predicación el camino del Señor, a fin de que unos
soportemos a los otros como verdaderos miembros de la Familia de Dios, del
Cuerpo de la Iglesia. Es importante que quien posee aprenda y comprenda la razón
de sus riquezas, a fin de que el dinero no lo ciegue y llegue a la perdición.
Es lo que dice San Basilio el Grande cuando explica la razón de la negativa del
Joven rico ante la solicitud final de Señor: VE VENDE LO QUE TIENES, DASELO
A LOS POBRES Y VEN Y SIGUEME.
Dices:
¿A quién hago daño reteniendo lo que es mío Dime: ¿qué cosas son tuyas? ¿Las
tomaste de alguna parte para venir con ellas a la vida? Le que ahora tienes, ¿de
dónde procede? Si respondes que del azar, eres un impío, pues no reconoces al
creador ni le das gracias por sus dones. Pero si confiesas que todo te viene de
Dios, confiesa la razón porque lo has recibido.
¿Será
Dios injusto repartiendo desigualmente los medios de vida? ¿Por qué tú eres
rico y el otro pobre? No será sencillamente para que tú puedas tener el mérito
de tu generosidad y buena administración, y el otro sea honrado con los grandes
premios de la paciencia? (PG 31. 276 ss.).
Acaso
no estamos pecando igualmente cuando buscamos las ovejas de manera fingida con
la única finalidad de explotarlas y obtener ganancia personal? Hay del pastor
que se enriquece explotando y engañando a los miembros de su rebaño, esto es
abominación ante los ojos del Altísimo. San
Basilio en otro de sus apartes dice:
Si
realmente amases a tu prójimo, tiempo ya hubieras pensado en desprenderte de lo
que tienes. Pero la verdad es que llevas más pegado a ti el dinero que los
miembros de tu cuerpo, y te duele más desprenderte de él que si te cortaran
los miembros más importantes (PG 31, 281).
Existe la debilidad de cuidar
a quienes poseen bienes materiales y representan posibilidades económicas,
beneficios temporales e ingresos financieros, es decir hacemos todo lo contrario
a lo que nos explica el Apóstol Santiago en su Carta:
Supongamos que entra que entra
en su asamblea un hombre con un anillo de oro y un vestido espléndido; y entra
también un pobre un vestido humilde, y que dirigiendo su mirada dijeran al rico: Tu siéntate aquí en buen sitio; y en
cambio al pobre le dicen: Tú quédate ahí de pie o siéntate a mis pies. No sería esto hacer
distinciones entre ustedes y ser jueces con criterios malos? (Santiago 2, 2-4)
En el afán de atender y
congraciar a las ovejas que mas beneficio económico y
posición social pueden ofrecernos, olvidamos a la oveja débil, a la
pobre, a la descarriada, a la enferma. No es que no debamos atender a los que
gozan de buenas condiciones económicas, claro que es nuestro deber, pero no
debe existir distinción alguna, todos deben recibir en igualdad de condiciones
la asistencia pastoral y espiritual.
Enseñemos a los ricos lo que
dice el Pastor de Hermas en su obra patrística:
Escucha las obras del bien que tienes que
practicar."Lo primero de todo, fe, temor de Dios, caridad, concordia,
palabras de justicia, verdad, paciencia. Nada hay en la vida de los hombres
mejor que estas virtudes... Escarcha ahora lo que a éstas sigue: servir a las
viudas, socorrer a los huérfanos y necesitados, redimir de sus necesidades a
los siervos de Dios, ser hospitalario, pues en la hospitalidad se encuentra
la ocasión de hacer el bien , no enfrentarse a nadie, ser tranquilo,
hacerse el «más pobre de todos los hombres, venerar a los ancianos, ejercitar
la justicia, conservar la hermandad, soportar la insolencia, tener largueza de
alma, no conservar rencor, consolar a los afligidos de espíritu, no rechazar de
fe a los que han padecido escándalo, sino trabajar para convertirlos y darles
animo: corregir a los que pecan, no atribular a los deudores y necesitados, y
todo lo demás que a esto se asemeje.
Vino Cristo a buscar a la
oveja descarriada, a la oveja perdida, y allí si existe una distinción, siendo
en verdad que estas ovejas son las que mayor cuidado y asistencia requieren,
pero ellas están en todos los estratos sociales, en todos los niveles que
existen en nuestra sociedad.
Generalmente, siempre le
pedimos a Dios bienes terrenales y quien esta sujeto al dinero es muy débil en
su fe, pues solo pide y amontona riqueza, siendo importante que se le oriente
para que entienda la importancia de estar en plena comunión con Dios y por ende
en acción plena de la caridad, la cual ayuda al rico a ir comprendiendo este
proceso que lo lleva a la deificación. El Pastor de Hermas, una vez mas nos
dice:
La
vid, emparrada en el olmo, da mucho y buen fruto: pero si se arrastra por la
tierra lo da podrido y escaso. Esta comparación está puesta para los siervos
de Dios, para el rico y el pobre... El rico tiene mucho dinero, pero en lo que
atañe al Señor es un mendigo, pues anda traído y llevado por su riqueza, y
muy pocas veces eleva sin alabanza al Señor cuando lo hace, su oración es
corta y floja, sin fuerza para remontarse a lo alto. Ahora bien, cuando el rico
se entrelaza con el pobre y le suministra lo necesario ha de persuadirse de que
cuanto hiciere por el pobre tendrá su galardón ante Dios... y con esta fe ha
de suministrar al pobre todo sin vacilar. Y el pobre, socorrido por el rico,
ruega por él y da gracias a Dios por el que le dio lo necesario.
San Clemente de
Alejandría también instruye sobre los bienes temporales:
Instrumento es la riqueza. Si de ella se usa
justamente se pone su servicio de la justicia Si de ella se hace un uso injusto,
se la pone al servicio de la in justicia. Por su naturaleza está destinada a
servir, no a mandar. No hay, pues, que acusarla de lo que de suyo no tiene, al
no ser ni buena ni mala la riqueza no tiene la culpa. A quien hay que acusar es
al que tiene facultad de usar bien o mal de ella, por la elección que de sí y
ante sí hace: y esto compete a la mente y juicio del hombre, que es en sí
mismo be y puede a su arbitrio manejar lo que se le da para su uso. Lo que hay
que destruir no son las riquezas, sino las pasiones del alma que no permiten
hacer el mejor uso de ellas (n. 14)
Exhortemos hermanos a tiempo y
a destiempo, de tal modo que quienes poseen bienes usen bien de ellos. Que sean
generosos y caritativos, que vean en el pobre a Cristo, que en ellos se
manifieste el Evangelio, dando de comer al hambriento, de beber al sediento y
por ende practicando las obras que manifiestan la caridad, pues cuando hacemos
esto con un hermano nuestro es Cristo mismo a quien estamos sirviendo. San Juan
Crisóstomo nos lo hace ver de tal forma que no tengamos justificaciones tontas
y negligentes:
Locura y frenesí manifiesto es llenar las arcas de
vestidos y despreciar el que fue creado a imagen y semejanza de Dios, dejándolo
desnudo y tiritando de frío y que apenas se tenga en pie. Me decís: Es que
finge todo esto del temblor y la debilidad., Perdonadme: esta palabra me hace
reventar de indignación. ¿Vosotros, que os regaláis y engordáis que seguís
bebiendo hasta bien entrada la noche, que luego vais y os arropáis en blandas
colchas, vosotros, digo, creéis que no vais a sufrir el castigo merecido al
hacer un uso tan in justo de los dones de Dios...? (PG 61, l76 ss.)
El
que quiere practicar la bondad no ha de pedir cuenta de la vida, sino remediar
la pobreza y socorrer la necesidad. El pobre sólo tiene una defensa, que es su
indigencia y necesidad. No le pidas más aun cuando fuere el hombre más
malvado, si carece del sustento necesario, remediemos su hambre. Así nos lo
mandó Cristo: «Sed como vuestro Padre del cielo que hace salir el sol sobre
buenos y malos" (Mt 5, 45)... No damos limosna a las costumbres, sino al
hombre. No le tenemos compasión por su virtud, sino por su calamidad. De este
modo nos atraeremos también nosotros del Señor su mucha misericordia (PG 48,
985 ss.).
San
Juan Crisóstomo, igualmente ataca el egoísmo del hombre
en otra parte de sus homilías y dice:
El
no dar parte de lo que se tiene es ya como una rapiña Las Escrituras dicen ser
rapiña avaricia y defraudación, no sólo arrebatar lo ajeno, sino también no
dar parte de lo suyo a los otros... Esto dice para demostrar a los ricos que lo
que tienen pertenece al pobre, aún cuando lo hayan adquirido por herencia
paterna o les venga el dinero de donde quiera que sea. Las cosas o riquezas, de
donde quiera las recojamos, pertenecen al Señor, y si las distribuimos entre
los necesitados lograremos gran abundancia.
Como
llegar a la Santa Eucaristía a comer todos del mismo pan, cuando sabemos que el
hermano pasa hambre y necesidad? Nosotros construimos hermosos templos de piedra
y ladrillo, mas destruimos el templo vivo de Dios que es nuestro hermano, por
ello antes que todo y sobre todo está el amor. San Juan Crisóstomo así nos lo
enseña:
Este
sacramento no sólo exige estar en todo momento puros de toda rapiña sino de la
más mínima enemistad. Este sacramento es un sacramento de paz. no nos
consiente codiciar las riquezas... Y no pensemos que basta para nuestra salvación
presentar al altar un cáliz de oro y pedrería después de haber despojado a
viudas y huérfanos. Si quieres honrar este sacrificio, presenta tu alma, por la
que fue ofrecido. Esta es la que has de hacer de oro... Este sacramento no
necesita preciosos manteles sino un alma pura. Los pobres, en cambio, sí
requieren muchos cuidados. Aprendamos, pues, a pensar rectamente y a honrar a
Cristo como Él quiere ser honrado . ¿Qué le aprovecha al Señor que su mesa
esté llena de vasos de oro si El se consume de hambre. Saciad primero su
hambre, y luego, de lo que sobre, adornad también su mesa.
San
Ambrosio de Milán hace igualmente una exposición clara sobre este tema:
La
historio de Naboth sucedió hace mucho tiempo, pero se renueva todos los días.
¿Qué rico no ambiciona continuamente lo ajeno? ¿Cuál no pretende arrebatar
al pobre su pequeña posesión e invadir la herencia de sus antepasados? ¿Quién
se contenta con lo suyo?... ¿Hasta dónde pretendéis llevar, oh ricos, vuestra
codicia insensata? ¿Acaso sois los únicos habitantes de la tierra? ¿Por qué
expulsáis de sus posesiones a los que tienen vuestra misma naturaleza y vindicáis
para vosotros solos la posesión de toda la tierra?
En
común ha sido creada la tierra pera todos, ricos y pobres; ¿ por qué os arrogáis,
oh ricos, el derecho exclusivo del suelo? Nadie es rico por naturaleza, pues ésta
engendra igualmente pebres a todos. Nacemos desnudos y sin oro ni plata
Vosotros, oh ricos, no tanto deseáis poseer lo que es útil como quitar a los
demás lo que tienen.
Cuidáis
más de expoliar a los pobres que de vuestra ventaja, estimáis injuria vuestra
si el pobre posee algo de lo que juzgáis digno de la posesión del rico. Creéis
que es daño todo lo que es ajeno. ¿por qué os atraen tanto las riquezas de tu
naturaleza? El mundo ha sido creado para todos y unos pocos ricos intentáis
reservároslo Vosotros revestís e vuestras paredes y desnudáis a los hombres.
El pobre desnudo gime ante tu puerta, y ni le miras siquiera. Es un hombre
desnudo quien te implora y tú sólo te preocupas de los mármoles con que
recubrirás tus pavimentos. El pobre te pide dinero y no lo obtiene; es un
hombre que busca pan y tus caballos tascan el oro bajo sus dientes. Te gozas en
los adornos preciosos, mientras otros no tienen qué comer. ¡Qué juicio más
severo te estás preparando, oh rico! El pueblo tiene hambre y tú cierras los
graneros; el pueblo implora y tú exhibes tus joyas ¡Desgraciado quien tiene
facultades para librar a tantas vidas de la muerte y no quiere! Las vidas de
todo un pueblo habrían podido salvar las piedras de tu anillo...
La
lucha que efectuamos es para erradicar de nosotros el egoísmo, el cual nos
encierra en un egocentrismo que nos hace indiferentes al dolor del hermano y las
necesidades de quienes nos rodean. Es ese nacer del agua y del Espíritu del que
Jesús de Nazaret le habla a Nicodemo.
Las
injusticias que registra la historia de la humanidad, se han efectuado o
realizado por personas que en su mayoría creían en Dios. Este dios, claro esta
condicionado a los gustos y placeres, o sea es un ídolo y no el Dios del amor y
la caridad. Hay una gran diferencia hermanos en creer en Dios y Creerle a Dios.
Podríamos
decir que Dios, no necesita que nosotros creamos en Él, pero nosotros si
requerimos creer y creerle a Él. Que si le hubiésemos creído a Él, el mundo
no confrontaría la hecatombe actual, en la cual el hombre es lobo para el
hombre y hemos llegado a ser perversos pero no inteligentes, ya que hemos creado
armas que son y señalan nuestra autodestrucción.
COMO
PUEDO DECIR QUE AMO A DIOS A QUIEN NO VEO SI NO AMO A MI HERMANO A QUIEN VEO.
Nuestra
lucha es traer a Cristo a todo hombre, sin distingo de raza o de nacionalidad,
de posición y estrato social. Es en los pies de Cristo, solo en una vida en
Cristo, donde todo esto se puede superar.
No dice el Señor: VENID A
MI TODOS LOS QU ESTAIS SEDIENTOS Y CANSADOS QUE YO OS ARE DESCANZAR. TOMEN SOBRE
USTEDES MI YUGO Y APRENDAN DE MI QUE SOY MANSO Y HUMILDE DE CORAZON Y HALLARAN
DESCANSO PARA SUS ALMAS, PORQUE MI YUGO ES SUAVE Y MI CARGA LIGERA. (Mat.
11, 28-30)
No es acaso esta nuestra misión,
traer a quien esta cansado de la vida presente, fatigado o porque no descarriado
a los pies del Salvador?
Muchos hombres a pesar de su
riqueza material son infelices y otros que no poseen nada son felices. Por ello
hermanos traer a todos a los pies de Cristo es llevarlos a quien los hace
descansar de sus fatigas y luchas. San Basilio continuando con la explicación
del pasaje del Joven rico dice:
Por eso su carácter se nos presentaba como una
mezcla, pues la escritura nos la muestra laudable en parte, y en parte
desgraciadísimo y completamente desahuciado. Porque el conocer al que de veras
es Maestro y el dar este nombre al Único y Verdadero, despreciando la soberbia
de los fariseos, la opinión de los juriconsultores y la turba de los escribas,
esto era lo que se alababa. Y se aprobó también el que manifestase aquella
solicitud por saber cómo alcanzaría la vida eterna. Pero el no haber grabado
en su corazón los saludables consejos que escuchó de labios del Verdadero
Maestro, el no haberlos puesto por obra, sino el que cegado por la pasión de la
avaricia huyese triste; nos descubre toda su voluntad, no deseosa de seguir lo más
provechoso, sino lo que a todos es más agradable. Esto prueba la inconstancia
de su carácter y lo inconsecuente que era consigo mismo. ¿Le llamas Maestro, y
no haces lo que debe hacer un Discípulo? ¿Confiesas que es Bueno, y rechazas
lo que te da?.
Porque el que es Bueno,
es a la vez Comunicador de bienes. Le preguntas sobre la vida eterna, y muestras
estar dado enteramente a los deleites de la vida presente. Mas, ¿qué consejo
impracticable o pesado, o intolerable te propuso el Maestro? "Vende lo que
tienes y dáselo a los pobres"
1.
Si te hubiera propuesto los trabajos de la agricultura, o los peligros del
comercio, o cualquier otra molestia de las que acompañan a los que andan tras
el dinero, se comprende que, llevando a mal el consejo, te retirases triste:
pero si por un camino tan fácil, que no te había de costar trabajo o sudor
alguno, promete hacerte heredero de la Vida Eterna, ¿por qué no te alegras de
la facilidad de alcanzar tu salvación? ¿Por qué se apena tu corazón y te
retiras triste, y te haces inútiles los trabajos que ya habías llevado a cabo?
Porque si, como dices, ni has matado, ni has cometido adulterio, ni has hurtado,
ni has levantado falso testimonio a nadie, haces infructuosa la diligencia que
has puesto en observar esto, pues no quieres también cumplir lo demás, sólo
con lo cual podrás entrar en el reino de Dios. Si el médico prometiese
restituirte aquellos miembros que o por la naturaleza, o por alguna enfermedad
tenías mutilados; no oirías esto con tristeza: y porque el gran médico de las
almas quiere perfeccionarte a ti despojado de los principales bienes, no recibes
el beneficio sino que lloras y te pones triste.
Pues bien, si
esto le sucedió al joven rico, que no tenía el Ministerio Litúrgico dentro de
la Iglesia, si allí por su pasión y avaricia perdió el tesoro mas grande, que
puede acontecer cuando el que así actúa es precisamente un Ministro que sirve
en el altar. No sabemos con mayor claridad los sacerdotes que la amistad con el
mundo es enemistad con Dios? Por ello la queja del Altísimo, los Pastores están
preocupados por cuidarse ellos mismos y abandonan las ovejas. Aquí nuevamente
debo traer a nuestra memoria las palabra del maestro Supremo:
¡AL QUE MAS
SE LE DIO MAS SE LE EXIGE!
Apacentarse así
mismo descuidando el rebaño es hacer como el joven rico, aceptar que el Señor
es el Maestro Bueno y confesarlo pero de acuerdo a nuestra conveniencia, es
tanto como creer en Dios, pero sencillamente no creerle a Dios.
¡POR ELLO
DICE EL MISMO SEÑOR: ¡DONDE ESTA TU RIQUEZA ALLI ESTA TU CORAZON!
Nos interesa
comer de las ovejas gordas del rebaño, vestirnos con elegancia y estar en un
lugar privilegiado, degollando económicamente el Ministerio que en caridad se
nos ha dado confundiéndolo con una profesión y no como una misión pastoral.
Nuevamente
debo anexar otra parte de la Homilía de San Basilio el Grande, analicemos:
Por eso el que ama al prójimo como a sí mismo, no
posee más que su prójimo. Pero tú te presentas con muchas riquezas. ¿De dónde
pues, te han venido sino de que has pospuesto a tus comodidades, el bienestar de
muchos?
De manera que cuanto más
abundas en riquezas, tanto menor es tu caridad. Que si hubieses amado a tu prójimo,
sin duda hubieras repartido con él tu dinero. Mas ahora tienes pegadas a ti las
riquezas más estrechamente que los miembros del cuerpo, y cuando se separan de
ti te duele lo mismo que si te cortasen la parte más principal de él. Si
hubieras vestido al desnudo, si hubieras dado tu pan al hambriento, si hubieras
abierto tus puertas al peregrino, si te hubieras hecho padre de los huérfanos,
si te hubieras compadecido del enfermo, ¿qué riquezas, dime, te costaría
dejar? ¿Cómo habías de llevar a mal, dejar lo que te quedaba, si ya antes habías
procurado distribuirlo a los necesitados? Además, a ninguno le cuesta dar su
dinero en las ferias cuando por él se provee de otras cosas necesarias; y
cuando por poco dinero se hace con alguna cosa de mucha estima, se alegra porque
ha negociado con felicidad; y ¿tú te entristeces porque das oro y plata y
riquezas; es decir, piedra y polvo, para poseer la vida eterna?
Esta
es una verdad muy grande y noble, la ambición es detestable, pero si ella se da
en un Sacerdote, el problema es mayor y se refleja en la discriminación y las
diferencias dentro de la Comunidad Pastoral.
El
profeta Ezequiel continua:
Y
ANDAN ERRANTES SI POR FALTA DE PASTOR, Y SON PRESAS DE TODAS LAS FIERAS DEL
CAMPO, Y SE HAN DISPERSADO. Y ANDUVIERON PERDIDAS MIS OVEJAS POR TODOS LOS
MONTES, Y EN TODOS LOS COLLADOS Y EN TODA LA FAZ DE LA TIERRA FUERON ESPARCIDAS
MIS OVJEAS, Y NO HUBO QUIEN LAS BUSCASE, NI QUIEN PREGUNTASE POR ELLAS.
En
el afán de señorear y olvidando que somos servidores de Cristo y su Iglesia,
concentrados en los bienes terrenales y las apariencias sociales, no vemos que
el voraz y sagaz que anda a toda hora al asecho, ha tomado el redil y lo esta
consumiendo, consumiendo al pastor mismo con el.
Nuevamente
repito las palabras del Señor:
¡DONDE
ESTA TU RIQUEZA ALLI ESTA TU CORAZON!
Donde
esta nuestra riqueza? En el Ministerio y la Gracia que nos ha sido dada o en los
placeres temporales y las comodidades mundanas? La humildad y sencillez, el
despego y desprecio de lo temporal nos hace verdaderamente libres.
Bienaventurado quien es no se deja seducir por lo terrenal y por las apariencias
y entrega su vida a una vivencia del amor, porque no está atado al mundo y sus
placeres, sino que ha alcanzado a comprender el verdadero sentido de la vida. De
que le sirve a uno ganar la vida presente y perder la eterna? El día denuestra
muerte nada de los bienes terrenales nos llevaremos, nada nos sirvira, nada podrá
devolvernos la vida, solo Cristo y si vivimos en Él y para Él podremos
alcanzarla.
SAN
JUAN CRISÓSTOMO ACONSEJA: PARA VER MEJOR LO QUE ERES VETE A UN SEPULCRO Y
COMTEMPLA ELÑ POLVO, LAS CENIZAS, LOS GUSANOS Y CONMUÉVETE.
Así
hermanos, tanto apego a las riquezas y la avaricia que nos acompaña solo sirve
para que un día no hallemos justificación ante el temible tribunal de Cristo y
que como el rico epulón no hallemos defensa y justificación.
Dice
San Basilio:
¿Por qué se exacerba tu corazón cuando oyes:
"Vende lo que tienes?" Si hubieran de acompañarte tus bienes a la
vida futura, ni aún así los habías de desear con tanto afán; pues los
obscurecerán aquellos premios de allí; pero habiéndoles de dejar
necesariamente aquí, ¿por qué no sacamos de ellos la ganancia que se nos
promete si los vendemos? Mas tú cuando das oro y compras un caballo, no te
entristeces; ¿y cuando se trata de dar estas cosas perecederas para recibir por
ellas el reino de los cielos, derramas lágrimas, rechazas al que te las pide y
rehúsas darlas inventando mil causas para tus gastos?
Nuestro cuidado debe ser mayor cada día,
es la vida del sacerdote un continuo caminar por el angosto sendero, una cruz
permanente donde su único tesoro es la Gracia y su Ministerio Pastoral.
QUIEN QUIERA VENIR EN POS DE MI QUE SE
NIEGUE A SI MISMO, QUE TOME SU CRUZ Y QUE ME SIGA.
Cuando recuerdo este pasaje mi corazón se
agita, mi alma se estremece, me pregunto si soy verdaderamente discípulo del Señor,
o solo busco el honor la dignidad que ofrece el Mundo? A Caso busco mi propia
comodidad? A caso por culpa de mi ambición se oscurece mi visión y se nubla mi
razón para no comprender?
San
Basilio
una vez mas nos reprende por estar apegados al mundo y sus comodidades:
¿Qué vas a responder al juez, tú que vistes a las
paredes, y no vistes al hombre; que adornas a los caballos, y desprecias a tu
hermano cubierto de harapos; que dejas que se pudra el trigo, y no alimentas a
los hambrientos; que entierras el oro, y abandonas al oprimido?
Amados hermanos, si tal es nuestra vocación
y amor a Dios, abandonémonos en sus manos porque por el testimonio y trabajo
pastoral, recibiremos mas de lo que esperamos.
Quien busca la riqueza terrenal se hace
esclavo de ella y ni siquiera la puede disfrutar.
Otra parte de la Homilía de San Basilio
nos hace ver esta realidad:
La
sed de riquezas es insaciable
Pero te llamas pobre a ti mismo; convengo contigo en
ello, porque pobre es el que necesita muchas cosas. Mas a vosotros os hace
necesitar muchas cosas vuestra insaciable avaricia. Te esfuerzas por amontonar
diez talentos encima de otros diez: reunidos veinte, apeteces otros tantos, y lo
que vas amontonando no satisfacen tu avaricia, sino que la enciende. Como para
los ebrios el tener junto a sí vino es ocasión para beber, así los que acaban
de hacerse ricos después de adquirir muchas cosas desean aún más, alimentando
su enfermedad a la vez que amontonan y produciéndoles sus ansias un efecto
contrario al que ellos buscan. Porque no les alegran tanto los bienes presentes,
con ser tan abundantes, cuanto les entristecen los que les faltan, o mejor
dicho, los que ellos creen que les faltan; de suerte que siempre está su ánimo
preocupado, luchando por adquirir más. Cuando habían de alegrarse y estar en
paz por ser más ricos que muchos, se amargan y se entristecen de que haya
alguno que otro más rico que les supere.
El hombre que se hace esclavo de las cosas
terrenales, del poder temporal, de las apariencias, se sujeta a pasiones que lo
hacen padecer frente a un mundo de ofertas y una sociedad de consumo. Se ha
desvirtuado el amor y se da mas interés a las apariencias y a la búsqueda
insaciable de riquezas. Se gasta una persona ambiciosa y avarienta su salud
buscando dinero y después pierde su dinero tratando de recuperar su salud. El
Sacerdote que ama las riquezas se hace hostil con quienes no le representan un
ingreso económico o un beneficio que amontone y satisfaga su deseo de poseer.
Para un Ministro de este tipo, lo único que le preocupa es cuando dinero y
riqueza le puede suministrar el rebaño pero no el trabajo pastoral. Los valores
de los que aman las riquezas y las posesiones materiales, se manifiesta en que
todo lo ve por el lente de la posición económica o burocrática.
Un
Sacerdote que se deje seducir por el dinero, es como un Fariseo que predica pero
no practica, es un burócrata, un funcionario de las tentaciones y sus
sentimientos se enfrían a tal punto que a diferencia de su Maestro, se vuelve
mezquino y no lo conmueve el dolor del hermano y mas aun de sus propios hijos. Lo
que nos dice una vez mas San Basilio, la vida del rico es una batalla por
superar cada día las cantidades de dinero y de riqueza, acumulando exagerada
mente. Pierde la riqueza espiritual y gana el mundo, pero de qué sirve ganar el
mundo si se pierde el alma.
Cuando alcanzan a uno de estos ricos enseguida se
esfuerzan por igualar a otro que lo es más; y cuando alcanzan también a este
pasan su emulación a otro. Como los que suben una escalera tienen siempre un
pie levantado para ponerle sobre el banzo que sigue y no se detienen hasta que
llegan al último; así estos no cesan de apetecer el poder hasta que, subidos a
lo alto, se estrellan desde lo más alto de la desgracia.
Amados, atendiendo estas enseñanzas de
nuestro Santo Padre y Gran Maestro Universal, San Basilio el Grande, estemos
atentos de no cuidar de nosotros mismos tanto como del rebaño y recordemos que
como Sacerdotes trabajamos por nuestra salvación y la de nuestros hermanos
siendo doble nuestra misión y compromiso.
Un día no lejano, estaremos en la
presencia de Dios, ante el tribunal de Cristo, la muerte no hace diferencia,
este día llegará y toda oportunidad de arrepentimiento y enmienda de nuestra
errores y fallas habrá acabado, así, fieles al Ministerio Divino, actuemos
como hijos de la luz y mensajeros de la vida eterna, siendo sal de la tierra y
luz del mundo.
La pregunta que a veces me suelo hacer, es
si de verdad nosotros creemos lo que predicamos, si practicamos aquello que enseñamos,
si vivimos lo que hablamos, o solo lo aplicamos para los demás creyendo que por
ser Sacerdotes estamos aceptos de ello.
La vida se nos va, el tiempo se acerca en
que seremos interrogados por el talento que nos fue entregado y entonces no habrá
justificación para decir que lo hemos enterrado.
Dejemos de atesorar hermanos aquí en la
tierra y pensemos en la vida eterna la cual está en Cristo, aquí solo
peregrinos somos.
Los tesoros terrenales, se acaban con la
muerte y todos debemos pensar en ello:
Saladino, famoso sultán de Egipto, 1150,
quien fue conquistador de varias Naciones, mando que alo morir durante su
entierro presidiera el ataúd, un soldado llevando en un palo alto un sencillo
vestido suyo con este letrero: VEAN
AQUÍ TODO LO QUE SALADINO LOGRA LLEVARSE A LA TUMBA.
Igualmente dicen que en presencia de el
Rey y famoso héroe Griego Alejandro el Grande, el sabio Diógenes escarbaba
cuidadosamente entre un grupo de cráneos, y el Rey le preguntó que hacia, a lo
que este respondió: Estoy averiguando cual de todas estas calaveras es la de tu
Padre el Rey Filipo y no0 logro distinguirla de las demás.
Sencillamente, la muerte no hace distinción
entre el que vivió en la opulencia y el que vivió en la pobreza, la diferencia
está en los hechos que esta persona haya realizado y en la forma que haya
actuado en el ejercicio de su paso por la faz de la tierra.
SAN BASILIO NOS DICE AL RESPECTO: VAYAMOS
A LOS SEPULCROS Y NO LOGRAREMOS DISTINGUIR ENTRE DOS ESQUELETOSQUIEN FUE UN GRAN
GOBERNANTE Y QUIEN FUE UN POBRE
OBRERO.
Amados, que triste que nosotros,
sacerdotes, pongamos toda nuestra esperanza en lo que es pasajero, siendo
Ministros y portadores de bienes imperecederos.
Felipe
II Rey de España
antes de morir llamó a su hijo y levantando el manto le mostró su pecho
llagado y le dijo: FIJATE
PRINCIPE COMO SE LLEGA A LA MUERTE Y COMO TERMINAN LAS GRANDEZAS DE ESTE MUNDO.
San
Antonio Abad
nos narra que cuando murió el Emperador Alejandro el Grande, verdaderamente
admirable por sus hazañas, un
filosofo dijo: EL QUE AYER PISABA ORGULLOSAMENTE LA TIERRA, ESTA AHORA CUBIERTA
POR ELLA...
El Señor en el Salmo 145: NO CONFIES EN
LOS PRINCIPES, SERES DE POLVO SERES DE POLVOO QUE NO PUEDEN SALVAR. Exhalan su
espíritu y vuelven al polvo y perecen sus planes.
Hermanos, llamados estamos a la Vida
Eterna, ella solo se da en Cristo, lo0 contrario es regresar a la nada de donde
fuimos creados, ello es perecer y no haber vivido en la verdad.
No son muertos los que en paz descansan en
el lecho de la tumbe fría, muertos son los que tienen muerta el alma y
viven todavía.
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Quiero
igualmente referirme a la autoridad Jerárquica dentro de la Iglesia
a fin de que no pequemos por desobediencia y caigamos en pecado por actuar de
manera precipitada sin contar con la autoridad de el Obispo que es quien es
directo sucesor de los Santos Apóstoles.
Dentro de toda comunidad Eclesial, existe
el Obispo que es el Padre y Pastor, quien goza de una autoridad privilegiada en
el amor y la orientación del pueblo de Dios. A su vez el Obispo está dentro de
nuestra Santa Iglesia en Comunión con los demás Obispos, formando el gran
Colegio Apostólico, del cual es el Patriarca Ecuménico Padre y Prima Inter.
Paris en el amor sin detrimento de ninguna jurisdicción.
En este sentido, debemos examinar paso a
paso lo que nos dicen los Padres de la Iglesia y entenderemos mejor el papel de
nuestro Padre y pastor y de los diferente4s Pastores que dirigen las diferentes
Diócesis, Metrópolis y Arzobispados dentro de la Iglesia ortodoxa, no sin
dejar a un lado el valor inmenso de la Institución Patriarcal.
Son en la actualidad, 14 las Iglesias Patriarcales y Autocéfalas de la
Iglesia Ortodoxa. La Iglesia Ortodoxa a diferencia de lo que llegan a pensar
algunos occidentales es una, solo que esta dividida en Jurisdicciones
administrativamente autónomas y unidas en la fe, la doctrina y el culto litúrgico.
No todos son elegidos para un ministerio,
por ello el mismo Señor, instituyo el Misterio o Sacramento del Orden, para que
existan personas dedicadas al Pastoreo y cuidado del rebaño, así como designo
al Obispo con autoridad para ser guía de su comunidad e instituir Sacerdotes y
Diáconos que sirvan a la grei.
San
Ignacio de Antioquia o Theoforos, nos presenta el Ministerio del Obispo
como punto de Unidad, Veamos:
Seguid todos al Obispo, como Jesucristo
al Padre, y al colegio de Presbíteros como a los apóstoles. En cuanto a los diáconos,
reverenciadlos como al mandamiento de Dios. Que nadie sin el Obispo haga nada de
lo que atañe a la Iglesia. Solo aquella eucaristía ha de ser tenida por válida,
la que se hace por el obispo o por quien tiene autorización de él. Dondequiera
que aparece el Obispo, acuda allí el pueblo, así como dondequiera que está
Cristo, allí está la Iglesia universal. No es lícito celebrar el bautismo o
la eucaristía sin el Obispo. Lo que él aprobare, eso es también lo agradable
a Dios, a fin de que todo cuanto hagáis sea firme y válido... El que honra al
obispo, es honrado de Dios. El que hace algo a ocultas del Obispo, rinde culto
al diablo. Que todo, pues, redunde en gracia para vosotros... (Carta a Esmirna,
8-9).
La perfecta unidad con Dios,
se da en una comunidad en la cual todos están en unidad con su Obispo, no se
puede concebir una comunidad parroquial sin no está en comunión con su
Metropolita, si no obedece a su Jerarca, siguiendo el ejemplo de amor y unidad
que emana de la Santa Trinidad, así los cristianos unidos a su Obispo están en
Unidad conformando y formando Iglesia. El Ministerio Litúrgico y pastoral de un
sacerdote debe estar siempre sujeto a la autoridad de su Obispo, sin Él nada y
con Él todo. Un Sacerdote que pretenda desconocer a su Obispo es como un
Cristiano que no reconozca a Cristo. Todo ministerio ejercido en desobediencia
de la autoridad inmediata del Obispo es invalido e infértil. Digo esto, cuando
hoy se presentan en nuestras comunidades y países personas que dicen ser
sacerdotes, pero que no han sido ordenados por Obispos verdaderamente
constituidos y consagra, personas que cometen simonía pues solo han llegado a
auto nombrasen sacerdotes pero carecen de la sucesión apostólica y no están
en unidad con un Obispo verdadero. Son ruedas sueltas que usurpan funciones litúrgicas
para su propio beneficio.
Sigue diciendo San Ignacio en referencia a este tema:
Os conviene concurrir con el sentir de
vuestro obispo, como ya lo hacéis, porque, en efecto, vuestro colegio de Presbíteros,
digno de este nombre y digno de Dios, está con vuestro Obispo en una armonía
comparable a la de las cuerdas en la cítara: vuestra concordia y vuestra unísona
caridad levantan así un himno a Cristo. También los Laicos tenéis que formar
como un coro, de suerte que, unísonos en vuestra concordia, y tomando unánimemente
el tono de Dios, cantéis a una voz al Padre por medio de Jesucristo, y así os
escuche y os reconozca por vuestras buenas obras como melodía de su propio
Hijo. Os conviene, pues, manteneros en unidad irreprochable, a fin de estar en
todo momento en comunión con Dios.
La Iglesia no es un cúmulo de grupúsculos
independientes, sino la catolicidad de todo los fieles en unidad a su colegio
presbiteral y bajo la autoridad de su Padre y Pastor que es el Obispo, así como
cristo esta en Unidad con el Padre y el Santo Espíritu. Por ello no debe
existir dentro de la Iglesia una disparidad en el trabajo pastoral que violente
los lineamientos de el Primado Jerárquico, aun existiendo Obispos auxiliares,
ellos a su vez deben estar sujetos al quien es el Metropolitano. Los Obispo por
su parte están en unidad y en cada Patriarcado existe el Sínodo que como
autoridad, presidida por elo Patriarca determina los caminos pastorales a
seguir.
Yo en poco tiempo he podido llegar a una
gran intimidad con vuestro Obispo, intimidad no humana. sino espiritual. Cuanto
más os he de llamar dichosos a vosotros, que estáis compenetrados con Él,
como la Iglesia con Jesucristo, y como Jesucristo con el Padre, a fin de que
todo resuene armoniosamente en la unidad? Que nadie se engañe: Si uno no está
dentro del ámbito del altar, se priva del pan de Dios. Porque si la oración de
uno o dos tiene tanta fuerza, mucha mayor será la del Obispo con toda la
Iglesia.
Si tienes en mente ejecutar
cualquier acción, que ella cuente siempre con la aprobación de el Obispo, ya
que tu eres un enviado del Obispo a evangelizar y el Obispo Responde a Dios por
tu rebaño y por tu labor Pastoral. Todo Obispo busca buenos trabajadores para
la viña, procura que su clero sea el mejor ya que al final es Él quien tiene
la mayor responsabilidad ante el Señor por las ovejas.
Al Obispo le revistió el Señor
de autoridad para instituir Presbíteros y Diáconos para cada comunidad y
necesidad, es entonces el Obispo tu Padre y pastor, luego debes estar en unidad
con él como la Iglesia está con Cristo, ya que si no lo estas eres como la
rama que cae del árbol y pierde su verdor y se seca.
Un
Sacerdote sin obediencia a la autoridad de su Obispo no es realmente
sacerdote. Como lo resalta San Ignacio
solo la Liturgia y los Sacramentos o Misterios celebrados con la autorización
del Obispo son validos, lo demás es invalido y anticanónico.
Un sacerdote o Diacono que no este en plena comunión con su obispo es
como un soldado que ha desertado de su batallón y que pretende ejercer en
nombre del su unidad cualquier autoridad.
Nadie puede por ejemplo
representar aun institución si no hace parte de ella y si se ha separado de
ella ya no goza la debida representatividad y esto es engaño. Así el sacerdote
que no está en unidad a su Obispo, es una imitación de algo que no es, una
imitación que puede parecer pero que no goza de la esencia y valor que posee el
original. Hoy, muchos han generado corrientes que quieren pervertir a la
Iglesia, tentando a los fieles a desconocer este hecho, el de la autoridad que
posee el Obispo, pero se olvidan de la Sucesión apostólica.
Es
indudable que en el sentido espiritual y moral, todos los hombres son iguales
ante Dios, quien sin preferencias los juzga y les tiene piedad, como a Sus
hijos. Sin embargo, el Apóstol San
Pablo hace la comparación con el cuerpo humano, donde los distintos órganos
cumplen diversas funciones; así en la Iglesia es necesaria distinta jerarquía
de los servidores de Dios. No la gente, pero el Mismo Señor Jesucristo "y
él mismo constituyo a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; y a otros pastores y maestros; a fin de perfeccionar a los santos
para la obra de ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo" (Efes.
4:11-12).
Acaso no escogió Cristo el Señor
a 12 Apóstoles, y porque hizo esta selección?
Si cualquiera pudiese ser pastor del rebaño, que sentido tendría
entonces que el hubiese escogido a los 12 o a los 72, que les hubiese revestido
de autoridad. Ni siquiera la Santísima Virgen Maria quien es la mas
privilegiada dentro del genero humano, estuvo la noche en que el Señor instituyó
la Eucaristía y dijo a los Apóstoles Haced esto en memoria mía. No fue a los
12 hermanos a quien después de resucitar se les pareció y dijo:
¡COMO EL PADRE ME ENVIO ASI
YO OS ENVIO!
Por ello dice San Ignacio que el Obispo es imagen de Cristo, pues tiene las misma
función y tarea, ha sido enviado para atar y desatar y los sacerdotes sujetos a
dicha autoridad pueden mediante orden proferida por Él, por el Obispo así como
este la recibió del Señor, ejercer tal ejercicio litúrgico de reconciliación.
Paulatinamente
se producía la selección y la preparación de los primeros servidores de la
Iglesia. Casi desde los primeros días de Su prédica, el Señor Jesucristo
separó unos hombres entre sus oyentes, y los preparó para ser Sus mensajeros y
continuadores de Su obra. Él les encargó traer nuevos discípulos por
el medio de enseñanza y bautismo (Mat. 28:19), realizar la Eucaristía (Luc.
22:16), absolver los pecados (Jn. 20:21-23), difundir y fortalecer a la Iglesia,
fundada por Él. "Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así
también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu
Santo. A quienes remitiereis los pecados, les son remetidos; y a quienes se los
retuviereis, les son retenidos" (Jn. 20:21-23). Algo más tarde, dijo:
"Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en
el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que
guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros
todos los días, hasta el fin del mundo. Amén" (Mat. 28:19-20). Aquí,
Jesucristo no solo apoderó Sus elegidos discípulos para el servicio apostólico,
sino también les fortaleció con el don especial del Espíritu Santo. Plenamente,
este don ellos recibieron después de la Ascensión del Señor al Cielo, en el día
de Pentecostés (Hech. 2-do cap.).
El Padre envió a el Hijo a traer la salvación, por tanto el
Ministerio Episcopal, tiene en si esta misión que esta unida y es prolongación
de nuestro Sumo Sacerdote y Único infalible Cristo nuestro Dios Y Señor.
Luego de decir esto, los
reviste de autoridad, pero no es una autoridad terrenal, sino espiritual, esta
se manifiesta allí cuando les dice:
¡RECIBID EL ESPIRITU SANTO, A
QUIENES LES PERDONEIS LOS PECADOS LES QUEDARAN PERDONADOS Y A QUIENES SE LOS
RETENGAIS LES SERAN RETENIDOS!
Creo Que no puede ser mas
claro la magnánima dignidad del Obispo dentro de la Iglesia, sucesor es de los
Apóstoles, portador de esta tarea, ungido con el Ministerio Episcopal que es
verdaderamente precioso y Padre de la comunidad de fe que preside. Por ello el
mismo Apóstol Pablo no duda en decir yo soy Vuestro Padre en la fe. En verdad
hermanos que si este Ministerio no existiese, sucedería con nuestra Santa
Iglesia como sucede con los grupos Pseudo cristianos, que se han dividido y engañados
por el rapaz dispersan las ovejas y desdeñan de este Santo Ministerio.
TODO
LO ACONTECIDO CON LOS APÓSTOLES LO
TOMARON COMO UNA INDICACIÓN SUPERIOR. NO FUE DECISIÓN TOMADA POR ELLOS, NI POR
LA SOCIEDAD, NI POR CONDICIONES EXTERNAS, SINO EL MISMO DIOS LES ENCOMENDÓ LA
MISIÓN DEL SERVICIO APOSTÓLICO. "Y TODO ESTO PROVIENE DE DIOS, QUIEN NOS
RECONCILIÓ CONSIGO MISMO POR CRISTO, Y NOS DIO EL MINISTERIO DE LA RECONCILIACIÓN"
- DIJO EL APÓSTOL PABLO SOBRE EL LLAMADO QUE RECIBIÓ (2
Cor. 5:18).
Los que creyendo tener la
verdad y solo entendiendo desde su pobreza, no cuentan con la sabia orientación
de un Padre y Pastor y por ello forman sectas que son solo una imitación falsa
de la verdadera Iglesia de Cristo. Como
llegaron a ser Pastores si no fueron ordenados y no hubo un verdadero sucesor de
los Apóstoles que les impusiese las manos y les trasmitiera el Don del
Ministerio presbiteral. Se dicen Pastores, pero basta ver la Santa Escritura
para comprender como cuando hubo necesidad, la Iglesia se reunió y escogió
Ministros para el servio Eucarístico. Los eligieron y así les fueron
impuestas las manos para que fueran Presbíteros y Diáconos, para que
sirvieran en la cena Eucarística.
Quien pues ha instituido a
estos que se dicen ser pastores y haber sido elegidos del Altísimo, no serán
victimas de su propio engaño. Si el Apóstol pablo exorta a Timoteo a estar
atento a quien impone las manos, no es verdad entonces que la sucesión apostólica
y el Ministerio Sacerdotal es algo serio y verdadero.
Como
se ve del Nuevo Testamento y de los antiguos documentos cristianos, la
consagración al sacerdocio (obispo, presbítero o diácono) siempre se cumplía
por la imposición de las manos de los que consagran, sobre la cabeza del
consagrado. En el libro de los Hechos está escrito sobre la consagración de
los 7 diáconos: "a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes,
orando, les impusieron las manos" (Hech. 6:6). Sobre la consagración
de los presbíteros en Listra, Iconia y Antioquia, san Lucas escribe: Pablo y
Barnaba "constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con
ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído" (Hech.
14:23). Ap. Pablo recuerda a su discípulo Tito, obispo de Creta: "Por
esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y
establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé" (Tit
1:5), pero haciéndolo "No impongas con ligereza las manos a
ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro" (1
Tim. 5:22), se ve de esto, que el que consagra se responsabiliza por el
consagrado.
En
el sentido de quienes forman y fomentan divisiones, San Ignacio continua asi su
exposición:
El que no acude a la reunión
común, ese es ya un soberbio y se condena a si mismo, pues está escrito: «Dios
resiste a los soberbios.» Pongamos, pues, empeño en no enfrentarnos con el
Obispo, de suerte que así estemos sometidos a Dios. Cuanto uno vea más callado
a su Obispo, más ha de respetarle. Porque a todo el que elija el padre de
familias para gobernar su casa hemos de recibirle como al mismo que lo envía.
Es, pues, evidente, que hemos de mirar al Obispo como al mismo Señor... (Carta
a los Efesios, 4-6).
Así me pregunto a diario,
este Santo varón, discípulo de Pedro, quien dio la vida por Cristo durante la
época del emperador Trajano durante la celebración de la conquista
de la Dacia, hoy Rumania, por parte de Roma, pudo estar equivocado o si
tiene la razón donde quedan los que denigran de la sucesión apostólica?
Pero veamos que mas nos dice
en referencia a la unidad de la Iglesia y la suceción apostólica, al lugar del
Obispo dentro de la Iglesia y a la dignidad del mismo, el cual siendo Padre,
tiene como función orientar su comunidad, presidirla y ser imagen de Cristo
quien habla a través de él y de su cuerpo presbiteral y diaconal a la
comunidad que le ha sido encomendada.
Os exhorto a que pongáis empeño en
hacerlo todo en la concordia de Dios, bajo la presidencia del Obispo, que tiene
el lugar de Dios, y de los presbíteros que tienen el lugar del colegio de los
apóstoles, y de los diáconos, para mí dulcísimos, que tienen confiado el
servicio de Jesucristo, quien estaba con el Padre desde antes de los siglos, y
se manifestó al fin de los tiempos. Así pues, conformaos todos con el proceder
de Dios, respetaos mutuamente, y nadie mire a su prójimo según la carne, sino
amaos en todo momento los unos a los otros en Jesucristo. Nada haya en vosotros
que pueda dividiros, sino formad todos una unidad con el obispo y con los que os
presiden a imagen y siguiendo la enseñanza de la realidad incorruptible. Así
como el Señor no hizo nada sin el Padre, siendo una cosa con él —nada ni por
sí mismo ni por los apóstoles así tampoco vosotros hagáis nada sin el obispo
y los presbíteros. No intentéis presentar vuestras opiniones particulares como
razonables, sino que haya una sola oración en común, una sola súplica, una
sola mente, una esperanza en la caridad, en la alegría sin mancha, que es
Jesucristo. Nada hay mejor que él.
Es
importante resaltar, que la imposición de las manos se tomaba no sólo como
signo indicador de la designación, sino también como transmisor de la
invisible, pero real y perceptible fuerza Divina. Sólo en este plano se tornan
comprensibles las palabras del Apóstol Pablo
a Timoteo, al cual consagró como obispo de Efeso: "No descuides el don
que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las
manos del presbíterio" y luego "Por lo cual te aconsejo que avives
el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos"
(1 Tim. 4:14; 2 Tim. 1:6).
Corred
todos a una, como a un único templo de Dios, como a un solo altar, a un solo
Jesucristo, que procede de un solo Padre, el único a quien volvió y con quien
está... (Carta a los de Magnesia, 6-7).
Esta
unidad, quebrantada por diversas razones, ha llevado a que las nuevas
organizaciones religiosas, no asuman ni comprendan la sucesión apostólica,
sino que se formen sectas que en vez de contribuir a la unidad del pueblo de
Dios, han generado procesos fanáticos donde no existe mas que corrientes
radicales que entienden la escritura de manera literal y que desconocen que
existe dentro de la Iglesia una Jerarquía Instituida y la cual se ha conservado
desde todo tiempo, no solo en la Iglesia Ortodoxa, sino en la Iglesia Hermana
Católica Romana y todas aquellas Comunidades de fe que tienen sus raíces en
los tiempos Apostólicos y porque no decirlo en los tiempos en que Cristo Jesús
Instituyo la Iglesia. Recuerdo aquí que durante 1054 años, la Iglesia Ortodoxa
y Católica Romana estaban unidas y que errores humanos han generado la División
que nos aqueja hasta el presente, sin que hayamos podido superarla.
En
el mismo tiempo, consagrando a los elegidos para distintos puestos de la
Iglesia, los Apóstoles se daban cuenta, que la causa primordial de todo era -
Dios, y no ellos: "Ténganos los hombres por servidores de Cristo, y
administradores de los misterios de Dios" (1 Cor. 4:1). A los pastores de
Efeso el apóstol Pablo decía: "Mirad por vosotros, y por todo el rebaño
en que el Espíritu Santo os ha puesto por Obispos, para apacentar la iglesia
del Señor, la cual él ganó por su propia sangre" (Hech. 20:28).
Existe
la tendencia de llamar o traducir del griego la Palabra Obispo por
superintendente, pero esta solo fue utilizada durante los tiempos apostólicos
para designar a quien ejercía la cabeza de la Iglesia como Ministerio u Obispo.
Desde
los más tempranos tiempos en la Iglesia Ortodoxa se seguía muy estrictamente
la continuidad del legado apostólico, o sea, que cada nuevo obispo recibía
su congregación de obispos, ordenados según la ley, y cuya consagración
ascendía a los Apóstoles. De la "Historia de la Iglesia," del obispo
Eusebio de Quesería (comienzo del siglo IV), sabemos que todas las antiguas
iglesias locales guardaban listas de sus obispos en línea interrumpida. Esto
permitía el rechazo de los intrusos.
San
Irineo de Lion (III siglo) escribe: "Podemos enumerar a todos los obispos,
consagrados en las iglesias, desde los Apóstoles hasta nuestros días" y
efectivamente les fue enumerando. La misma opinión sobre la importancia de la
sucesión expresa Tertuliano (siglo III). Él escribe sobre los herejes de su
tiempo: "Que nos muestren el comienzo de sus iglesias y la lista de sus
obispos con la sucesión directa de los Apóstoles o sus ayudantes, que hallan
tenido largo trato con los mismos. Porque las iglesias apostólicas llevan sus
listas de obispos así: la de Smirna presenta a Policarpo (comienzo del siglo
II), consagrado por Apostol Juan; Romana - Clemente, impuesto por Apóstol
Pedro; igual que otras iglesias, que indican a sus obispos elevados por los Apóstoles
y que son brotes de la semilla apostólica.
Así
hermanos, vemos el valor que tenía ya desde estos tiempos la sucesión Apostólica,
además que el Obispo debe ser instituido como tal mediante la imposición de
las manos de por lo menos 3 Obispos Canónicos y Legítimos, aunque el número
adecuado son 7. En algunos casos existe el hecho de decir es que yo fui ordenado
por el obispo fulano, pero resulta que ni el Obispo que ordena es legitimo ni
canónico y mucho menos su ordenado. No basta con decir que se es obispo, es
necesario estar en verdadera comunión con la Iglesia, si no este Ministerio es
estéril e infértil.
Si
la cadena de sucesión, por cualquier causa se interrumpe, las consagraciones
subsiguientes no son genuinas y los oficios y sacramentos realizados por estas
personas, carecen de Gracia. Esta condición es tan seria, que la ausencia de
sucesión de los obispos en tal o cual denominación cristiana, la priva de ser
una iglesia verdadera - a pesar que la enseñanza dogmática de ella sea
correcta. Este entendimiento la Iglesia poseía desde su comienzo.
En
Estados Unidos, existen Obispos de todos los sabores y colores, así desde allí
coordinan diversas organizaciones que se dicen Iglesias, existen Ortodoxos de
Rito Latino, lo cual es inconcebible, ya que estos sujetos desconocen la tradición
Bizantina y se dedican generalmente a ejercer un Ministerio que carece de la
patente, existen antiguos católicos y otras denominaciones que generalmente y
para usufructuar a los fieles de las Iglesias Históricas, utilizan sus nombres
para acrecentar negocios de tipo personal y enriquecerse a costa de la
ignorancia existente entorno al fenómeno religioso.
Existen
en la Iglesia los grados del sacerdocio, ellos están establecidos desde las
Primeras Comunidades cristianas, no es un juego, es supremamente serio y no se
ha constituido por iniciativa humana, sino por inspiración Divina.
Del
concepto que Jesucristo es Sumosacerdote (Heb. 7:26-28), se debe
concluir, que Él ha de tener sacerdotes. (Textos sobre este tema son: Mat.
18:17, 28:19-20; Jn. 20:21-23; Hech. 8:14-17, 14:23, 20:28; Sant. 5:14; 1 Ped.
5:1-5; Rom. 10:15; 1 Cor. 3:9-12, 4:1-2. 4:15.
12:12-31; Gal. 1:1; Ef. 4:11-16; 1 Fes. 5:12-13; 1 Tim. 4:14, 5:17-18, 5:22; 2
Tim. 1:6-7, 4:13; Tit. 1:5-10; Heb. 5:4, 10:25, 13:7 y 17). El Nuevo Testamento distingue tres niveles de
sacerdocio: obispo, presbítero y diácono. Cada uno de ellos, en los límites
de su grado, continúa la obra de los Apóstoles.
Profundicemos
un poco mas:
Sobre
los presbiterios leemos en los Hechos. Apóstol Pablo,
"constituyeron presbíteros en cada iglesia (Listra, Iconia,
Antioquia) y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían
creído" (Hech. 14:23). Apóstol Santiago encomendó a los presbíteros de
realizar el Sacramento de la Unción para sanar a los enfermos: "¿Está
alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la Iglesia, y oren por él,
ungiéndolo con aceite en el nombre del Señor" (Sant. 5:14).
El
Apóstol Pablo exhortaba a los
creyentes de honrar a los presbíteros como corresponde a su servicio. "Los
Presbiteros, que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor,
mayormente los que trabajan en predicar y enseñar. Pues la Escritura dice: 'No
pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario'" (1
Tim. 5:17-18). Y en otro lugar sobre el mismo tema: "Os rogamos, hermanos,
que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor,
y os amonestan; y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de obra.
Tened paz entre vosotros" (1 Tes. 5:12-13).
No
es hermanos esto una prueba patente de que el Ministerio Sacerdotal o (Ierosinh)
en griego y la sucesión (diadoch)
han existido desde el comienzo de la Iglesia, por ello los cristianos deberían
indagar cuando un Pseudo presbítero o Pseudo Iglesia llega a tocar su puerta,
ya que el peligro es latente en todo tiempo y podemos decir que el rapaz también
usa anteri, sotana o se viste de religioso para engañar a los mas débiles.
El
servicio de los obispos es superior. Los obispos de la Iglesia son sucesores
directos de los Apóstoles y continuadores de su obra. A ellos, el ap. Pablo se
dirige: "Mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu
Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él
ganó por su propia sangre" (Hech. 20:28). De estas palabras se ve, que
sobre los obispos reposa la responsabilidad por la Iglesia - la pureza de su
enseñanza, la perfección moral de sus miembros y la buena organización de la
vida de la iglesia. Como ejemplo de los obispos del primer siglo, se puede
indicar a Timoteo, Obispo de Efeso, a quien están dirigidas 2 epístolas, y a
Tito, obispo de Creta - una.
El
obispo, en primer termino, es el principal maestro en su iglesia, tanto
para los feligreses, como para los sacerdotes. Esto testimonian las epístolas
del San Pablo a Timoteo, a quien él, con especial énfasis, indica: "Ten
cuidado de tí mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te
salvarás a tí mismo y a los que te oyeren" (1 Tim. 4:16; 2 Ti, 4:2-5). A
Timoteo fue encomendada la preparación de los futuros obispos (2 Tim 2:2), para
que él observe a los presbíteros en su servicio de enseñanza, y los de mayor
celo, les otorgue una especial dignidad (1 Tim. 5:17). La regla apostólica
58-a dice: "El obispo negligente del clero y del pueblo, y que no les
enseña la devoción, que sea excomunicado, y el que sigue con esta indolencia y
pereza, que sea expulsado". Las directivas apostólicas, donde se
recomienda a los obispos vigilar para que se conserven en la Iglesia la pureza,
la verdad y las reglas de los Concilios, ordenan que: "los oficiadores
todos los días y especialmente los domingos, den la enseñanza de la vida
piadosa al clero y al pueblo." Por esta razón los antiguos apologistas del
cristianismo afirmaban, contra los herejes, que la verdadera tradición y la
enseñanza de Cristo, se conservaron en la Iglesia desde los Apóstoles,
gracias, justamente, a la ininterrumpida sucesión de los obispos.
En
segundo termino, el obispo, por la fuerza del Espíritu, es el superior
oficiador sagrado y realizador de los Sacramentos en su diócesis. Algunos
actos sagrados son exclusivamente de su incumbencia desde la antigüedad hasta
nuestros días. Así, él solamente puede consagrar al sacerdocio y otros cargos
de la Iglesia, en base a la palabra Divina (Tit. 15; 1 Tim 5:22), reglas de los
apóstoles, Santos Concilios y la enseñanza unánime de los santos Padres de la
Iglesia, quienes consideraban esta regla como la más importante, la
preeminencia del obispo sobre el sacerdote y decían: "el orden del obispo
es indispensable para crear a los padres espirituales en la Iglesia, aumentar su
cantidad". El otro rango, el del presbítero, con el Bautismo, hace nacer
cristianos, crecer la Iglesia, pero no a los padres y maestros. El sacerdote no
puede ser considerado igual al obispo. Solo el obispo tiene poder de bendecir el
miro(Miro),
el corporal(antimision) y
la ara (altar del sacrificio). El obispo, por consiguiente, es el primer
gobernante en la zona de su Iglesia (Hech. 20:28; 1 Tim. 5:19). El debe velar
por el cumplimiento de los Mandamientos de Dios y las leyes eclesiásticas,
dirigir la vida de las Iglesias de su diócesis y nombrar los sacerdotes para
las parroquias.
Esto hermanos, es prueba clara de la misión que cumple el Obispo en la Iglesia y de cómo se requiere que el clero profundice mas esta relación que debe existir entre el Presbítero y los diáconos con su Obispo.
Obispo Athanasio y Archimandrita Timotheo