MISION ORTODOXA EN CHILE

 

 "Cuando la Iglesia deja de ser misionera, pierde su razón de ser..."

SAINT CATHOLIC APOSTOLIC CHURCH ORTHODOX

DIASPORAS HELLAS

Arzobispo Metropolita Athanasios,

Primado de Brasil y América

Catedral Metropolitana Ortodoxa Griega São Paulo - Patriou.

                     

Secretario:   Hipodiácono Pavlo

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IGLESIA  ORTODOXA  EN  ECUADOR  

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¡ BIENVENIDOS !...A LA MISIÓN ORTODOXA EN CHILE....BENDITO SEA EL REINO DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO, AHORA Y SIEMPRE Y POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. ..AMÉN..... LA PAZ ESTÉ CON TODOS VOSOTROS.......¡WELCOME ! TO THE MISSION ORTHODOX IN CHILE.... BLESSED IS THE KINGDOM OF THE FATHER, AND OF THE SON, AND OF THE HOLY SPIRIT, NOW AND FOREVER AND TO THE AGES OF AGES...AMEN...PEACE BE WITH ALL....!!! BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR, HOSANA EN LAS ALTURAS, GLORIA A DIOS EN EL CIELO Y PAZ A LOS HOMBRES QUE AMAN AL SEÑOR ¡¡¡

                                  

Clickea sobre este link para escuchar la Divina Liturgia cantada por el Coro Greco-Bizantino directo de Lycourgos Angelopoulos. (Recurso disponible en Sitio Web de la Arquidiócesis Griego-Ortodoxa de USA.), para mas recursos de audio visite:

http://www.goarch.org/en/multimedia/audio/

para escuchar los recursos de audio necesita:

 

HAGA CLICK SOBRE LAS FOTOS, PARA IR A LA GALERIA DE FOTOGRAFIAS SOBRE LA VISITA PATRIARCAL A CUBA, LAS FOTOS SON PROPIEDAD DE LA 

OCA :http://www.oca.org

 

VISITA  EN DICIEMBRE 2003  

DE SU EMINENCIA ARZOBISPO DIMITRI DE LA OCA

EXARCA DE MÉXICO

Monseñor Dimitri,(al centro) junto al clero mexicano de la OCA 

y a su lado el Hno. Iannis Xaramigio 

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Introducción

Bienvenido a esta página de los misioneros cristianos ortodoxos en La República de chile, somos religiosos y fieles laicos comprometidos con la recta doctrina cristiana (ortodoxia), católica y apostólica, y somos personas convencidas de que Chile y América entera es tierra de permanente "Misión".

Creemos que debemos rescatar el auténtico mensaje de CRISTO RESUCITADO, ya que las diferentes denominaciones cristianas, unas más y otras menos, deforman el mensaje evangélico y mandato supremo de Jesucristo. nuestro Redentor y Señor: ".... Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.

Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo."(San Mateo 28:18-20).

Por eso, en estas páginas encontrarás respuesta a tus inquietudes, y dudas, y te invitamos a compartir con nosotros tus penas y alegrías, así como tus conocimientos y reflexiones, también tu puedes colaborar en la obra de la Misión, todas tus ayudas son bienvenidas y serán consideradas bendiciones de Dios, que volverán multiplicadas ciento por una. Ruega a Dios por nosotros, que nosotros rogaremos siempre por ti y tu familia en La Divina Liturgia o Santa Misa.

Lo que aquí encuentras es de patrimonio de todos, por tanto, es tú deber compartirlo y difundirlo. Algunos importantes textos son del Obispo de La Iglesia Rusa fuera de las fronteras, Monseñor Alexander Mileant... -" Que Dios recuerde perpetuamente su Episcopado ortodoxo. Amen."

Los errores son humanos, así que también ayúdanos a superarlos con tu colaboración.

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"Enseñad a

Todas las Naciones"

Padre Juan Meyendorff,

Traducido por el Lic. Naim Ganu

"Cuando la Iglesia deja de ser

misionera, pierde su razón de ser..."

Sería demasiado obvio destacar el hecho de que el cristianismo comenzó como una misión por excelencia. Solo necesitamos remitirnos a las últimas palabras del Señor, apenas resucitado: "por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espìritu Santo..."

La Buena Nueva transfomó la antigua religión de una nación, en la nueva religión de una persona: Jesús Cristo, por medio de quien y en quien las personas de todas las naciones pudieron encontrar la respuesta al significado de la vida y pudieron recibir la revelación de la llegada de Dios.

Este énfasis en la Buena Nueva es fundamental para la misión. Al mismo tiempo extremadamente importante, es la inevitable lucha del Reino de Dios y de este mundo. La vida entera de Cristo puede ser considerada como "reprobada," en el sentido de que el mundo lo rechazó y finalmente fué condenado a la muerte. Pero Cristo resucitó de la muerte por el poder de Dios, no por el poder del hombre; y la verdad de la resurrecciòn es un misterio revelado sólo a aquellos que creen en El, y por consiguiente a aquellos que "no son de este mundo." El anuncio de la verdad del Evangelio deberá "hacer frente" a los que se oponen y traerá divisiones.

Para ser más concreto voy a citar un breve pasaje del prólogo al Evangelio de San Juan, el cual aparentemente fué escrito por San Cirilo o Constantino de Salónica cuando fué a misionar a Moravia y a predicar la Buena Nueva. Una de sus primeras tareas fue traducir las escrituras a la lengua eslava, para dar a los conversos la posibilidad de escuchar y entender la palabra de Dios en su propia lengua. El prólogo al cual me refiero reza: "Como los profetas de la antigûedad, Cristo vino a reunir a todas las naciones y lenguas, puesto que El es la vida de este mundo."

El prólogo continúa luego con el tema de Pentecostés, que debe ser entendido bíblicamente en contraposición al origen de la torre de babel, en el libro del Génesis, en el cual el concepto de la multiplicidad de lenguas se convirtió en una maldición. Más en Pentecostés, cuando vino el Espíritu Santo, la gente comenzó a hablar diferentes lenguas pero a decir " las mismas cosas, en el mismo Espíritu."

En otras palabras, en la torre de babel, el pluralismo de lenguas se convirtió en una maldición, pero en Pentecostés la multiplicidad de lenguas se convirtió en una bendición, porque permitió que la gente entendiera: el Evangelio, la misma verdad y el mismo Espíritu, con el fin de darlo a conocer a todo el mundo. Cristo vino para reunir a todas las naciones y lenguas.

Este es el primer aspecto en el concepto de misión de San Cirilo y San Metodio, en el cual la ortodoxía a lo largo de los siglos ha permanecido fiel: la idea de que cada nación tiene derecho a escuchar y entender la palabra de Dios en su propia lengua, Esta fué una de las claves del éxito bizantino en la edad media, como la palabra de Dios y la Santa Liturgia fueron traducidas a la lengua de cada nación.

La misión en la Iglesia Ortodoxa fue inseparable de la vida de los que predicaron, por ejemplo, a lo largo del oriente cristiano, las comunidades monásticas fueron agentes de evangelización. Esto se aplica a las primitivas misiones cristianas, aún en el siglo IV y V en Etiopía, ó a las misiones bizantinas del siglo VIII y IX y de muchas de las misiones rusas en períodos posteriores. Su éxito no fué el trabajo de misiones bien pagadas en base a un contrato, predicando algo para luego regresar a sus hogares, sino de hombres que amaban a Dios y a la gente a quienes ellos querían enseñarles su fe. Este testimonio de amor fraternal es la verdadera solución para nuestras dìas y época en la que constantemente vemos el fracaso del cristianismo "profesional" organizado.

Precisamente porque la misión es inseparable de la vida es también inseparable del progreso del pensamiento teológico, del pensamiento cristiano y de la vida. El misionero, el teólogo, el cristiano deben entonces entender lo que los Santos Padres enseñaron de que el mismo Señor puede proclamar la Buena Nueva de un modo que sea claro para la gente de todo el mundo, en su propio momento.

La misión cristiana es fundamentalmente el anuncio de la verdad de Cristo a todos. Como miembros de la Iglesia Ortodoxa, afirmamos que la nuestra, es la Iglesia de Dios. Pero, ¿ significa esto que nosotros pensamos que la verdadera fe y verdad en el mundo son un monopolio formal de la ortodoxía? De ninguna manera, decimos esto. La verdad puede existir en cualquier parte y la verdadera catolicidad de la Iglesia implica la alegría de descubrir la verdad cuando y donde aparece.

Finalmente un aspecto fundamental de como la Iglesia Ortodoxa entiende la misión fué expresada por el gran santo ruso San Serafìn de Sarov: "Sálvate a ti mismo y alrededor tuyo miles serán salvados." Pienso que hasta cierto grado, personalmente, la experiencia de acercarse al conocimiento de Dios, a la fe cristiana, es la clave para un acercamiento cristiano a la misión.

Podemos tener todas las organizaciones en el mundo. Podemos tener todos los medios para predicar el Evangelio, y aún podemos fallar en lo que nos concierne personalmente al conocimiento de Dios. Esta es la verdadera condición para hacer nuestras palabras significativas y plenas de sentido

 

Nuestra Fe .

"Credo Niceno-Constantinoplano".

Creo en un solo Dios, Padre Omnipotente, Creador del cielo y de la tierra y de todo lo visible e invisible. Y en un solo Señor Jesucristo., Hijo Unigénito de Dios, que nació del Padre antes de todos los siglos; Luz de Luz; Dios verdadero de Dios verdadero; nacido, no creado; consubstancial con el Padre, por quien todo fue hecho; Quien por nosotros, los hombres, y para nuestra salvación, descendió de los cielos, se encarnó del Espíritu Santo y María Virgen, se hizo Hombre; fue crucificado, por nosotros, en tiempos de Poncio Pilatos; padeció, fue sepultado y al tercer día resucitó conforme con las Escrituras; subió a los cielos, está sentado a la diestra del Padre; vendrá otra vez con gloria, a juzgar a los vivos y a los muertos, y su reino no tendrá fin.

Y en el Espíritu Santo, Señor vivificador, Quien procede del Padre, que con el Padre y el Hijo es juntamente adorado y glorificado; que habló por los profetas.

Y en la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica; confieso un solo bautismo para la remisión de los pecados; espero la resurrección de los muertos y la vida del siglo venidero. Amén.

Con el fin de que comprendan en forma clara y sin dudas Teológicas nuestra Fe Cristiana, Católica y Ortodoxa, agregamos a continuación la Profesión de Fe, completa de los Obispos Ortodoxos, que hacen en su consagración,- Esta traducción fue preparada por el padre Archimandrita Gorazd , del monasterio San Hilarión en Texas, de la Metropólis Ortodoxa Autónoma de Europa Occidental y las Américas

PROFESIÓN DE FE REALIZADA POR NUESTROS OBISPOS DURANTE SU CONSAGRACIÓN EPISCOPAL

(Según el rito Bizantino)

Creo en un solo Dios en tres Personas distintas, que son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Las llamo distintas según la propiedad, pero unidas según la substancia. La misma es Trinidad toda entera y la misma toda entera es unidad. Unidad, según la substancia, la naturaleza y la forma. Trinidad según la propiedad y el nombre, porque uno es llamado Padre, otro Hijo y otro Espíritu Santo. El Padre no lía sido engendrado y no tiene principio, porque nada existió antes que Él. Él era, era absolutamente Dios, sin principio, porque su Ser no procede de ningún otro ser, sino de El mismo. Creo también que el Padre es principio del Hijo y del Espíritu Santo: del Hijo por generación, del Espíritu Santo por procesión; y creo que no hay entre ellos ninguna distinción o diferencia, sino la distinción de las propiedades hipostáticas. Porque, por un lado, el Padre engendra al Hijo y produce al Espíritu Santo, y, por el otro, el Hijo ha sido engendrado por el Padre solo y el Espíritu Santo procede del Padre. Y es así como yo reconozco un solo principio y adoro un origen del Padre y del Hijo. Profeso también que el Hijo es principio trascendental al tiempo, y que es infinito: no como principio de las creaturas: como si fuera el primer ser creado. ¡No! Lejos de mí este pensamiento que es el error y la impiedad de los arrianos, pues Arrio profesaba este error: que el Hijo y el Espíritu Santo son creaturas. Yo lo llamo principio, porque el Hijo proviene de Aquel que no tiene principio, de modo que evito el admitir dos principios. Pero, al lado de este principio, además del Hijo, se halla el Espíritu Santo, puesto que juntamente y al mismo tiempo ambos reciben su Ser del Padre: el Hijo por generación y el Espíritu Santo por procesión. Pero ni el Padre está separado del Hijo, ni el Hijo del Espíritu Santo, ni el Espíritu Santo del Padre y del Hijo, sino que el Padre está todo entero en el Hijo y en el Espíritu Santo, y el Hijo está todo entero en el Padre y el Espíritu Santo y el Espíritu Santo está todo entero en el Padre y el Hijo, porque son distintos, estando unidos, y están unidos, siendo distintos. reo también que el Verbo de Dios, es eterno como el Padre, existente más allá del tiempo, incomprensible, infinito, se rebajó hasta nuestra naturaleza y tomó la forma del hombre, humillado y completamente caído, de la sangre casta y pura de la Virgen Santísima, para dar al mundo entero la salvación y la gracia con su misericordia. Y es así como se formó la unión hipostática de las dos naturalezas. Esto no quiere decir que el Niño se fue perfeccionando poco a poco y que las naturalezas, al encontrarse, se hallan unido por conmixtión, confusión o mezcla; esto no quiere decir tampoco que, una vez formado el hombre, el Verbo haya venido a Él y haya formado una unión accidental, como enseñó Nestorio.

El Verbo Hombre poseía inteligencia contra lo que enseñó Apolinar, que fue en verdad imprudente al predicar que la Divinidad suplía al entendimiento. Yo confieso que es Dios perfecto, y al mismo tiempo, Hombre perfecto; carne al mismo tiempo que Palabra de Dios; carne dotada de un alma racional y una inteligencia y que la conserva, aún después de la unión hipostática, todas las glorias naturales de Divinidad y que no modifica nada de lo que pertenece a su Humanidad y a Su Divinidad a causa de su unión, exenta de corrupción, con el Verbo. Él es por lo tanto, una persona compuesta, aunque, conservando las dos naturalezas y las dos operaciones, el único Jesucristo, nuestro Dios. Posee también dos voluntades naturales, aunque, por supuesto, es necesario saber cómo sufrió, porque, siendo Dios, sufrió en la carne y no en su divinidad, lo cual es imposible. Confieso también que asumió todas las pasiones nuestras, que no dependen de la voluntad: aquellas que por naturaleza se encuentran en nosotros, pero no el pecado. Las pasiones que asumió son: el hambre, la sed, la fatiga, el llanto y cosas semejantes, que produjeron en Él sus efectos, no por necesidad como en nosotros, sino porque su voluntad humana se conformó a su voluntad divina, pues Él quiso tener hambre, tener sed, sentir el cansancio, morir. Murió, aceptando la muerte por nosotros, pero Su Divinidad permaneció impasible. Y, aunque no estaba obligado a morir — pues Él es quien quita los pecados del mundo—, se sometió, no obstante, a la muerte, para salvarnos de la muerte voraz y reconciliarnos, por Su Sangre, con Su Padre. La muerte que sufrió Su Humanidad fue aniquilada con el poder de Su Divinidad, rescatando también a las almas de los justos, encadenados desde el principio del mundo. Y resucitó de entre los muertos y se mostró a sus discípulos, aquí en la tierra, por espacio de cuarenta días. Y subió a los cielos y se sentó a la diestra del Padre. (Entiendo por diestra del Padre no un lugar o circunscripción, sino la gloria que el Hijo poseía antes de Su Encarnación y que sigue poseyendo después de la misma). Esto no quiere decir que la Trinidad haya recibido algún complemento después de la unión hipostática del Hijo Unigénito, puesto que su carne permanece inseparable en Él para toda la eternidad y vendrá con ella a juzgar a los vivos y a los muertos, a los justos y a los pecadores, a fin de dar en recompensa a los justos, por sus acciones virtuosas y sufrimientos de esta vida, el Reino de los Cielos. A los pecadores dará, por el contrario, los tormentos eternos y el fuego inextinguible del Infierno. Séanos concedido librarnos de este castigo y obtener los bienes que nos han sido prometidos en Cristo Nuestro Señor. Amén.

 

Consagración Obispo ortodoxo Georgios

El Consagrante bendice al Electo, diciendo:

¡Que la gracia del Espíritu Santo permanezca en ti, que te ilumine, te confirme y te instruya todos los días de tu vida! Y continúa: Dinos una vez más minuciosamente cuál es la Fe que profesas sobre el Hijo y Verbo de Dios y lo que enseñas sobre las diferentes naturalezas del único Cristo nuestro Dios.

El Electo prosigue en voz alta:

Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra y de todas las cosas visibles e invisibles, sin principio, no creado, sin causa, que es principio natural del Hijo y del Espíritu Santo. Creo asimismo en Su Hijo Unigénito, engendrado por Él, que es inmutable y está más allá del tiempo, consubstancial al mismo Padre y por Quien todo fue creado. Creo también en el Espíritu Santo, que procede del mismo Padre y que es adorado con Él, porque es eterno igual que Él y rige la creación. Creo que una persona de esta misma Trinidad inmaterial y vivificadora: El Verbo e Hijo Único bajó de los cielos, por nosotros los hombres y por nuestra salvación, se encarnó por obra del Espíritu Santo y se hizo hombre. Se hizo hombre, permaneciendo siempre Dios, sin cambiar nada de la naturaleza divina por su comunión con la carne, sino que, sin modificación alguna, asumió la humanidad y sufrió en ella la pasión y la Cruz, siendo su naturaleza divina inmune a todo dolor. Creo que resucitó de entre los muertos al tercer día y subió a los cielos y se sentó a la diestra del Padre. Creo también lo que nos ha trasmitido y explicado la Santa Iglesia, Una, Universal, y Apostólica sobre Dios y las cosas divinas. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Creo en la resurrección de los muertos y en la vida del mundo futuro. Confieso también que el Verbo Divino y su humanidad forman una sola Persona.

Creo y proclamo que hay un solo Cristo, que, desde Su Encarnación, posee dos voluntades y dos naturalezas en las cuales y por las cuales existe. Profeso que hay dos voluntades, teniendo cada una de las dos naturalezas su propia voluntad y su propia actuación.

Doy un culto relativo, pero no de adoración, a las santas y venerables imágenes de Cristo, de la Santa Madre de Dios y de todos los Santos y venero, de la manera debida, únicamente lo que las imágenes representan. Rechazo a todos los que piensan en forma distinta o tienen diversa opinión. Rechazo a Arrio y a todos los que piensan como él. Repudio a Macedonio y a sus secuaces, que son llamados los neumatómacos (enemigos del Espíritu Santo). Condeno del mismo modo a Nestorio y a todos los demás propagadores del error. Rechazo y repudio a todos sus secuaces y declaro tan abiertamente como me es posible: ¡Anatema a todos los que propagan el error! ¡Anatema sólo a los que propagan las divisiones! En cuanto a nuestra Señora la Madre de Dios María, reconozco y proclamo que Ella concibió real y verdaderamente, según la carne, a una de las Personas de la Santa Trinidad, Cristo nuestro Dios. Sea Ella mi amparo, mí protección y mi defensa, todos los días de mi vida.

Yo N..., Electo por la gracia de Dios Obispo de N... lo he firmado con mis propias manos.

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