MISION
ORTODOXA EN CHILE
"Cuando
la Iglesia deja de ser misionera, pierde su razón de ser..."
SAINT CATHOLIC APOSTOLIC CHURCH ORTHODOX
Arzobispo Metropolita Athanasios, Primado de Brasil y América Catedral Metropolitana Ortodoxa Griega São Paulo - Patriou.
Secretario: Hipodiácono Pavlo +
*
Clickea sobre este link para escuchar la Divina Liturgia cantada por el Coro Greco-Bizantino directo de Lycourgos Angelopoulos. (Recurso disponible en Sitio Web de la Arquidiócesis Griego-Ortodoxa de USA.), para mas recursos de audio visite:
, PARA IR A LA GALERIA DE FOTOGRAFIAS SOBRE LA VISITA PATRIARCAL A CUBA, LAS FOTOS SON PROPIEDAD DE LA
VISITA EN DICIEMBRE 2003 DE SU EMINENCIA ARZOBISPO DIMITRI DE LA OCA EXARCA DE MÉXICO
Monseñor Dimitri,(al centro) junto al clero mexicano de la OCA y a su lado el Hno. Iannis Xaramigio ******************************************* Introducción Bienvenido a
esta página de los misioneros cristianos ortodoxos en La República de
chile, somos religiosos y fieles laicos comprometidos con la recta
doctrina cristiana (ortodoxia), católica y apostólica, y somos personas
convencidas de que Chile y América entera es tierra de permanente
"Misión".
Creemos
que debemos rescatar el auténtico mensaje de CRISTO RESUCITADO, ya que las
diferentes denominaciones cristianas, unas más y otras menos, deforman el
mensaje evangélico y mandato supremo de
Jesucristo. nuestro Redentor y Señor:
".... Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Id, pues, y
haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que
os he mandado; y he aquí, que yo estoy con vosotros todos los días, hasta
el fin del mundo."(San
Mateo 28:18-20).
Por eso, en
estas páginas encontrarás respuesta a tus inquietudes, y dudas, y te
invitamos a compartir con nosotros tus penas y alegrías, así como tus
conocimientos y reflexiones, también tu puedes colaborar en la obra de la
Misión, todas tus ayudas son bienvenidas y serán consideradas bendiciones
de Dios, que volverán multiplicadas ciento por una. Ruega a Dios por
nosotros, que nosotros rogaremos siempre por ti y tu familia en La Divina
Liturgia o Santa Misa. Lo que aquí
encuentras es de patrimonio de todos, por tanto, es tú deber compartirlo y
difundirlo. Algunos
importantes textos son del Obispo de La Iglesia Rusa fuera de las
fronteras,
Monseñor Alexander Mileant...
-" Que Dios recuerde perpetuamente su Episcopado ortodoxo. Amen."
Los errores son humanos, así que
también ayúdanos a superarlos con tu colaboración. +
"Enseñad a
Todas las Naciones"
Padre Juan Meyendorff,
Traducido por el Lic. Naim Ganu
"Cuando la Iglesia deja de ser
misionera, pierde su razón de
ser..." Sería
demasiado obvio destacar el hecho de que el cristianismo comenzó como una
misión por excelencia. Solo necesitamos remitirnos a las últimas palabras
del Señor, apenas resucitado: "por tanto, id, y haced discípulos a
todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y
del Espìritu Santo..."
La
Buena Nueva transfomó la antigua religión de una nación, en la nueva
religión de una persona: Jesús Cristo, por medio de quien y en quien las
personas de todas las naciones pudieron encontrar la respuesta al
significado de la vida y pudieron recibir la revelación de la llegada de
Dios. Este énfasis en la Buena Nueva es fundamental
para la misión. Al mismo tiempo extremadamente importante, es la
inevitable lucha del Reino de Dios y de este mundo. La vida entera de
Cristo puede ser considerada como "reprobada," en el sentido de que el
mundo lo rechazó y finalmente fué condenado a la muerte. Pero Cristo
resucitó de la muerte por el poder de Dios, no por el poder del hombre; y
la verdad de la resurrecciòn es un misterio revelado sólo a aquellos que
creen en El, y por consiguiente a aquellos que "no son de este mundo." El
anuncio de la verdad del Evangelio deberá "hacer frente" a los que
se oponen y traerá divisiones. Para ser más concreto voy a citar un breve
pasaje del prólogo al Evangelio de San Juan, el cual aparentemente fué
escrito por San Cirilo o Constantino de Salónica cuando fué a misionar a
Moravia y a predicar la Buena Nueva. Una de sus primeras tareas fue
traducir las escrituras a la lengua eslava, para dar a los conversos la
posibilidad de escuchar y entender la palabra de Dios en su propia lengua.
El prólogo al cual me refiero reza: "Como los profetas de la antigûedad,
Cristo vino a reunir a todas las naciones y lenguas, puesto que El es la
vida de este mundo." El prólogo continúa luego con el tema de
Pentecostés, que debe ser entendido bíblicamente en contraposición al
origen de la torre de babel, en el libro del Génesis, en el cual el
concepto de la multiplicidad de lenguas se convirtió en una maldición. Más
en Pentecostés, cuando vino el Espíritu Santo, la gente comenzó a
hablar diferentes lenguas pero a decir " las mismas cosas, en el mismo
Espíritu."
En
otras palabras, en la torre de babel, el pluralismo de lenguas se
convirtió en una maldición, pero en Pentecostés la multiplicidad de
lenguas se convirtió en una bendición, porque permitió que la gente
entendiera: el Evangelio, la misma verdad y el mismo Espíritu, con el fin
de darlo a conocer a todo el mundo. Cristo vino para reunir a todas las
naciones y lenguas. Este es el primer aspecto en el concepto de
misión de San Cirilo y San Metodio, en el cual la ortodoxía a lo largo de
los siglos ha permanecido fiel: la idea de que cada nación tiene derecho a
escuchar y entender la palabra de Dios en su propia lengua, Esta fué una
de las claves del éxito bizantino en la edad media, como la palabra de
Dios y la Santa Liturgia fueron traducidas a la lengua de cada nación. La misión en la Iglesia Ortodoxa fue
inseparable de la vida de los que predicaron, por ejemplo, a lo largo del
oriente cristiano, las comunidades monásticas fueron agentes de
evangelización. Esto se aplica a las primitivas misiones cristianas, aún
en el siglo IV y V en Etiopía, ó a las misiones bizantinas del siglo VIII
y IX y de muchas de las misiones rusas en períodos posteriores. Su éxito
no fué el trabajo de misiones bien pagadas en base a un contrato,
predicando algo para luego regresar a sus hogares, sino de hombres que
amaban a Dios y a la gente a quienes ellos querían enseñarles su fe. Este
testimonio de amor fraternal es la verdadera solución para nuestras dìas y
época en la que constantemente vemos el fracaso del cristianismo
"profesional" organizado.
Precisamente
porque la misión es inseparable de la vida es también inseparable del
progreso del pensamiento teológico, del pensamiento cristiano y de la
vida. El misionero, el teólogo, el cristiano deben entonces entender lo
que los Santos Padres enseñaron de que el mismo Señor puede proclamar la
Buena Nueva de un modo que sea claro para la gente de todo el mundo, en su
propio momento. La misión cristiana es fundamentalmente el
anuncio de la verdad de Cristo a todos. Como miembros de la Iglesia
Ortodoxa, afirmamos que la nuestra, es la Iglesia de Dios. Pero, ¿
significa esto que nosotros pensamos que la verdadera fe y verdad en el
mundo son un monopolio formal de la ortodoxía? De ninguna manera, decimos
esto. La verdad puede existir en cualquier parte y la verdadera
catolicidad de la Iglesia implica la alegría de descubrir la verdad cuando
y donde aparece. Finalmente un aspecto fundamental de como la
Iglesia Ortodoxa entiende la misión fué expresada por el gran santo ruso
San Serafìn de Sarov: "Sálvate a ti mismo y alrededor tuyo miles
serán salvados." Pienso que hasta cierto grado, personalmente, la
experiencia de acercarse al conocimiento de Dios, a la fe cristiana, es la
clave para un acercamiento cristiano a la misión. Podemos tener todas las organizaciones en el
mundo. Podemos tener todos los medios para predicar el Evangelio, y aún
podemos fallar en lo que nos concierne personalmente al conocimiento de
Dios. Esta es la verdadera condición para hacer nuestras palabras
significativas y plenas de sentido
Nuestra Fe .
"Credo Niceno-Constantinoplano".
Creo
en un solo Dios, Padre Omnipotente, Creador del cielo y de la tierra y de
todo lo visible e invisible. Y en un solo Señor
Jesucristo., Hijo Unigénito de Dios, que nació del Padre
antes de todos los siglos; Luz de Luz; Dios verdadero de Dios verdadero;
nacido, no creado; consubstancial con el Padre, por quien todo fue hecho;
Quien por nosotros, los hombres, y para nuestra salvación, descendió de
los cielos, se encarnó del Espíritu Santo y María Virgen, se hizo Hombre;
fue crucificado, por nosotros, en tiempos de Poncio Pilatos; padeció, fue
sepultado y al tercer día resucitó conforme con las Escrituras; subió a
los cielos, está sentado a la diestra del Padre; vendrá otra vez con
gloria, a juzgar a los vivos y a los muertos, y su reino no tendrá fin. Y en el Espíritu Santo,
Señor vivificador, Quien procede del Padre, que con el Padre y el Hijo es
juntamente adorado y glorificado; que habló por los profetas. Y en la Iglesia que es
Una, Santa, Católica y Apostólica; confieso un solo bautismo para la
remisión de los pecados; espero la resurrección de los muertos y la vida
del siglo venidero. Amén. Con el fin de que comprendan en forma clara y sin dudas Teológicas nuestra Fe Cristiana, Católica y Ortodoxa, agregamos a continuación la Profesión de Fe, completa de los Obispos Ortodoxos, que hacen en su consagración,- Esta traducción fue preparada por el padre Archimandrita Gorazd , del monasterio San Hilarión en Texas, de la Metropólis Ortodoxa Autónoma de Europa Occidental y las Américas
PROFESIÓN DE FE
REALIZADA POR NUESTROS OBISPOS DURANTE SU CONSAGRACIÓN EPISCOPAL
(Según el rito
Bizantino)
Creo en
un solo Dios en tres Personas distintas, que son el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo. Las llamo distintas según la propiedad, pero unidas según
la substancia. La misma es Trinidad toda entera y la misma toda entera es
unidad. Unidad, según la substancia, la naturaleza y la forma. Trinidad
según la propiedad y el nombre, porque uno es llamado Padre, otro Hijo y
otro Espíritu Santo. El Padre no lía sido engendrado y no tiene principio,
porque nada existió antes que Él. Él era, era absolutamente Dios, sin
principio, porque su Ser no procede de ningún otro ser, sino de El mismo.
Creo también que el Padre es principio del Hijo y del Espíritu Santo: del
Hijo por generación, del Espíritu Santo por procesión; y creo que no hay
entre ellos ninguna distinción o diferencia, sino la distinción de las
propiedades hipostáticas. Porque, por un lado, el Padre engendra al Hijo y
produce al Espíritu Santo, y, por el otro, el Hijo ha sido engendrado por
el Padre solo y el Espíritu Santo procede del Padre. Y es así como yo
reconozco un solo principio y adoro un origen del Padre y del Hijo.
Profeso también que el Hijo es principio trascendental al tiempo, y que es
infinito: no como principio de las creaturas: como si fuera el primer ser
creado. ¡No! Lejos de mí este pensamiento que es el error y la impiedad de
los arrianos, pues Arrio profesaba este error: que el Hijo y el Espíritu
Santo son creaturas. Yo lo llamo principio, porque el Hijo proviene de
Aquel que no tiene principio, de modo que evito el admitir dos principios.
Pero, al lado de este principio, además del Hijo, se halla el Espíritu
Santo, puesto que juntamente y al mismo tiempo ambos reciben su Ser del
Padre: el Hijo por generación y el Espíritu Santo por procesión. Pero ni
el Padre está separado del Hijo, ni el Hijo del Espíritu Santo, ni el
Espíritu Santo del Padre y del Hijo, sino que el Padre está todo entero en
el Hijo y en el Espíritu Santo, y el Hijo está todo entero en el Padre y
el Espíritu Santo y el Espíritu Santo está todo entero en el Padre y el
Hijo, porque son distintos, estando unidos, y están unidos, siendo
distintos. reo también que el Verbo de Dios, es eterno como el Padre,
existente más allá del tiempo, incomprensible, infinito, se rebajó hasta
nuestra naturaleza y tomó la forma del hombre, humillado y completamente
caído, de la sangre casta y pura de la Virgen Santísima, para dar al mundo
entero la salvación y la gracia con su misericordia. Y es así como se
formó la unión hipostática de las dos naturalezas. Esto no quiere decir
que el Niño se fue perfeccionando poco a poco y que las naturalezas, al
encontrarse, se hallan unido por conmixtión, confusión o mezcla; esto no
quiere decir tampoco que, una vez formado el hombre, el Verbo haya venido
a Él y haya formado una unión accidental, como enseñó Nestorio.
El
Verbo Hombre poseía inteligencia contra lo que enseñó Apolinar, que fue en
verdad imprudente al predicar que la Divinidad suplía al entendimiento. Yo
confieso que es Dios perfecto, y al mismo tiempo, Hombre perfecto; carne
al mismo tiempo que Palabra de Dios; carne dotada de un alma racional y
una inteligencia y que la conserva, aún después de la unión hipostática,
todas las glorias naturales de Divinidad y que no modifica nada de lo que
pertenece a su Humanidad y a Su Divinidad a causa de su unión, exenta de
corrupción, con el Verbo. Él es por lo tanto, una persona compuesta,
aunque, conservando las dos naturalezas y las dos operaciones, el único
Jesucristo, nuestro Dios. Posee también dos voluntades naturales, aunque,
por supuesto, es necesario saber cómo sufrió, porque, siendo Dios, sufrió
en la carne y no en su divinidad, lo cual es imposible. Confieso también
que asumió todas las pasiones nuestras, que no dependen de la voluntad:
aquellas que por naturaleza se encuentran en nosotros, pero no el pecado.
Las pasiones que asumió son: el hambre, la sed, la fatiga, el llanto y
cosas semejantes, que produjeron en Él sus efectos, no por necesidad como
en nosotros, sino porque su voluntad humana se conformó a su voluntad
divina, pues Él quiso tener hambre, tener sed, sentir el cansancio, morir.
Murió, aceptando la muerte por nosotros, pero Su Divinidad permaneció
impasible. Y, aunque no estaba obligado a morir — pues Él es quien quita
los pecados del mundo—, se sometió, no obstante, a la muerte, para
salvarnos de la muerte voraz y reconciliarnos, por Su Sangre, con Su
Padre. La muerte que sufrió Su Humanidad fue aniquilada con el poder de Su
Divinidad, rescatando también a las almas de los justos, encadenados desde
el principio del mundo. Y resucitó de entre los muertos y se mostró a sus
discípulos, aquí en la tierra, por espacio de cuarenta días. Y subió a los
cielos y se sentó a la diestra del Padre. (Entiendo por diestra del Padre
no un lugar o circunscripción, sino la gloria que el Hijo poseía antes de
Su Encarnación y que sigue poseyendo después de la misma). Esto no quiere
decir que la Trinidad haya recibido algún complemento después de la unión
hipostática del Hijo Unigénito, puesto que su carne permanece inseparable
en Él para toda la eternidad y vendrá con ella a juzgar a los vivos y a
los muertos, a los justos y a los pecadores, a fin de dar en recompensa a
los justos, por sus acciones virtuosas y sufrimientos de esta vida, el
Reino de los Cielos. A los pecadores dará, por el contrario, los tormentos
eternos y el fuego inextinguible del Infierno. Séanos concedido librarnos
de este castigo y obtener los bienes que nos han sido prometidos en Cristo
Nuestro Señor. Amén.
Consagración Obispo ortodoxo Georgios
El Consagrante
bendice al Electo, diciendo:
¡Que la gracia del Espíritu Santo permanezca en ti, que te ilumine, te
confirme y te instruya todos los días de tu vida! Y continúa: Dinos una
vez más minuciosamente cuál es la Fe que profesas sobre el Hijo y Verbo de
Dios y lo que enseñas sobre las diferentes naturalezas del único Cristo
nuestro Dios.
El Electo prosigue
en voz alta:
Creo
en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra y de
todas las cosas visibles e invisibles, sin principio, no creado, sin
causa, que es principio natural del Hijo y del Espíritu Santo. Creo
asimismo en Su Hijo Unigénito, engendrado por Él, que es inmutable y está
más allá del tiempo, consubstancial al mismo Padre y por Quien todo fue
creado. Creo también en el Espíritu Santo, que procede del mismo Padre y
que es adorado con Él, porque es eterno igual que Él y rige la creación.
Creo que una persona de esta misma Trinidad inmaterial y vivificadora: El
Verbo e Hijo Único bajó de los cielos, por nosotros los hombres y por
nuestra salvación, se encarnó por obra del Espíritu Santo y se hizo
hombre. Se hizo hombre, permaneciendo siempre Dios, sin cambiar nada de la
naturaleza divina por su comunión con la carne, sino que, sin modificación
alguna, asumió la humanidad y sufrió en ella la pasión y la Cruz, siendo
su naturaleza divina inmune a todo dolor. Creo que resucitó de entre los
muertos al tercer día y subió a los cielos y se sentó a la diestra del
Padre. Creo también lo que nos ha trasmitido y explicado la Santa Iglesia,
Una, Universal, y Apostólica sobre Dios y las cosas divinas. Confieso que
hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Creo en la
resurrección de los muertos y en la vida del mundo futuro. Confieso
también que el Verbo Divino y su humanidad forman una sola Persona.
Creo y proclamo que hay un solo Cristo, que, desde Su Encarnación, posee
dos voluntades y dos naturalezas en las cuales y por las cuales existe.
Profeso que hay dos voluntades, teniendo cada una de las dos naturalezas
su propia voluntad y su propia actuación.
Doy
un culto relativo, pero no de adoración, a las santas y venerables
imágenes de Cristo, de la Santa Madre de Dios y de todos los Santos y
venero, de la manera debida, únicamente lo que las imágenes representan.
Rechazo a todos los que piensan en forma distinta o tienen diversa
opinión. Rechazo a Arrio y a todos los que piensan como él. Repudio a
Macedonio y a sus secuaces, que son llamados los neumatómacos (enemigos
del Espíritu Santo). Condeno del mismo modo a Nestorio y a todos los demás
propagadores del error. Rechazo y repudio a todos sus secuaces y declaro
tan abiertamente como me es posible: ¡Anatema a todos los que propagan el
error! ¡Anatema sólo a los que propagan las divisiones! En cuanto a
nuestra Señora la Madre de Dios María, reconozco y proclamo que Ella
concibió real y verdaderamente, según la carne, a una de las Personas de
la Santa Trinidad, Cristo nuestro Dios. Sea Ella mi amparo, mí protección
y mi defensa, todos l Yo N..., Electo por la gracia de Dios Obispo de N... lo he firmado con mis propias manos. |